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La bomba de Ana María Aldón no estaba "pactada" pero Emma García tuvo un pálpito

Sería injusto meter en el mismo saco a Rocío Flores y a Gloria Camila Ortega Mohedano. De hecho hay una nota diferencial entre ambas por la que la "sobrina" debería aprender mucho de su tía.

Ana María Aldón.

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El pasado sábado durante el transcurso del programa Viva la Vida, sorprendía a propios y a extraños confesando que su matrimonio con Ortega Cano no estaba pasando por su mejor momento.

Lo hizo con la voz entrecortada, con los ojos al borde de las lágrimas, pero con un discurso firme y convincente. El tema en cuestión no estaba en escaleta, ni fue algo premeditado que se hablara en la reunión previa al programa. Surgió gracias al buen observar de una Emma García que, como el resto de los compañeros, veíamos a una Ana María mucho más apagada anímicamente en las últimas semanas.

Una realidad que comentábamos en los pasillos, pero que no abordábamos con ella en directo por ese respeto que se ganan ciertos personajes cuando congenian a la perfección con todo el equipo. Por eso una simple pregunta de Emma, nos abrió la puerta al resto de compañeros, para ahondar en una situación de la que todos éramos plenamente conscientes. El ambiente que se creó en directo, la confianza y las ganas de hablar de Ana María permitieron que verbalizara lo que no se había atrevido antes. Y así escuchamos en silencio que el maestro Ortega Cano no le da el sitio que le corresponde como esposa, que no como madre "sé que soy su mujer y la madre de su hijo, pero hay veces que me gustaría salir a cenar, hacer otras cosas que ahora no hago".

Con tranquilidad y con serenidad Aldón describió que en su matrimonio su esposo y ella van a otro ritmo: "La verdad que yo estoy pasando una temporada un poco mala, porque a veces me gusta romper la rutina. No quiero estar siempre en casa, quiero salir y disfrutar con mis compañeros de trabajo".

Ana María Aldón era consciente del revuelo que iban a causar sus palabras

Aldón siendo muy consciente del revuelo que iban a causar sus palabras continuó en su discurso y aseguró tener miedo de "volver a caer en una depresión". Ana María no culpabilizó en ningún momento de la situación actual a Rocío Carrasco y a una docuserie que ha tambaleado el pasado y presente de una familia mediática, pero quiso señalar que a Ortega todo lo que se está diciendo de Rocío Jurado "le afecta, claro que le afecta y eso nos afecta a todos". La andaluza quiso dar un paso más y aseguró estar cansada de vivir siempre a la sombra de La Más Grande lo que le ha llevado a replantearse "muchas cosas" pero que espera que "en algún momento, llegué mi momento".

Una frase muy dura y cargada de razón que conectó inmediatamente con miles de espectadoras que se sintieron identificadas en sus palabras. De hecho, el teléfono de Ana María Aldón comenzó a recibir todo tipo de mensajes a través de sus redes aplaudiendo su valiente confesión. Tras su momento, los que la sentimos fuera de las cámaras, la observamos mucho más relajada, como si se hubiera quitado un peso de encima, tampoco estaba preocupada por si sus palabras no iban a sentar muy bien a la familia de su marido.

Pero es que Ana María está cansada de medir sus palabras, ella siempre ha reclamado que es una mujer independiente y libre y que nadie la controla, ni le coarta su posibilidad de expresar lo que siente y piensa. De hecho, durante la emisión de la docuserie de Rocío Carrasco fue muy clara al manifestar respecto al asunto de madre e hija que "no pienso cuestionar una sentencia judicial. Yo no".

Ana María Aldón y Ortega Cano demuestran que la sangre no llegó al río

Mientras la prensa recogía cada una de sus palabras, ella regresó a su casa y al día siguiente quiso compartir con sus seguidores en las redes que había salido con su marido y su hijo a disfrutar de un café y de un helado. A Ana María y a Ortega los vimos sonriendo, animados y bromeando lo que nos lleva a pensar que las cosas en su domicilio conyugal están tranquilas y que la sangre no ha llegado al río.

Inevitable fue que se preguntara por esta situación a que fue dura en su reflexión "las cosas de casa se limpian en casa". Una vez más la hija de Jurado y Cano se posicionó al lado de su padre en su afán por protegerle de cualquier cosa que le vuelva a situar en el foco de atención de la prensa. Una reflexión que podría comprenderse si la propia Gloria no trabajase en televisión pero que no es muy sostenible si tenemos en cuenta este punto.

Tanto ella como Rocío Flores olvidan muy a menudo que si están en la televisión trabajando es por ser quienes son, no por su formación académica o por sus logros profesionales, y que sus vidas privadas interesan. Sería injusto que las meta a ambas en el mismo saco pues Gloria siempre es muy generosa en sus declaraciones ya que ella ni evita, ni veta temas y a pesar de que no disimula su incomodidad cuando se le pregunta o se le contesta lo que no quiere escuchar, siempre responde. Algo de lo que debería de aprender su sobrina...

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