Ana María Aldón quiere otra vida y olvida lo que hizo para llegar donde está
La historia que hoy se cuenta es diferente a lo que se vivió en su momento. Y no nos lo han contado. Se ha vivido. La no respuesta es respuesta. La negativa por contestación es información.
Ana María Aldón.
Su cara ya no es de inocente. Lo parece pero no es.está encantada con su nuevo papel de personaje popular y mediático. Está en su derecho. Se lo ha trabajado y lo ha conseguido. En las últimas semanas ha mantenido silencio cuando se ha puesto en tela de juicio cómo ha sido el comportamiento de la familia de su marido y su propio esposo con ella.
La no respuesta a veces es respuesta. Y más respuesta. La negativa por contestación a veces es una información. está consintiendo que su no respuesta sea su manera de poder continuar. Su negativa a decir cómo es la familia de Ortega Cano. Más grave es aún no contestar que mentir para el interés televisivo.
Ana María se ha olvidado de quiénes estaban cerca de la diseñadora aquella noche del 18 de junio de 2018 cuando en el centro de Madrid en la sala Florida Park, la familia de su marido la arropaba en su trabajo fin de estudios de moda y patronaje en IADE. Aquella noche, Aldón estuvo respaldada por sus dos cuñadas, Conchi y Carmen Ortega Cano. Ésta última acompañada por su marido Aniceto quien ha trabajado durante años mano a mano con José Ortega Cano. Quizás también se ha olvidado Aldón de cómo fue tratabd por Carmen cuando llegó a la familia. A veces la memoria es frágil. Muy Fragil. Y no es cristal.
Volvemos a junio de 2018. Aquella noche la familia de Ana María Aldón no estaba. Estaban los que decidió ella. A los que necesitó porque eran mediáticos. Ahora es más mediática la mujer del diestro cartagenero que sus hermanas. Antes no. Su hija fue modelo de su desfile. El único representante de su familia.
Ana María Aldón no ha sido apartada ni tratada como la Chusa
Ana María no ha estado apartada ni relegada de su marido ni de su familia. Ni ha sido tratada como una o la Chusa. Lejos de la realidad. El victimismo vende. Fue la propia Aldón quien decidió en su momento no acompañar a su marido a muchos eventos a los que estaba invitado. No sólo él sino la pareja. Ella fue muy poco. La razón no era otra que tenía poco tiempo y prefería estudiar y no acudir a estos eventos sociales.
En muchas ocasiones a José Ortega Cano lo acompaña la diseñadora Marily Coll porque Ana María no podía hacerlo. Así fue aquella noche en el Teatro Amaya de Madrid donde Ortega Cano iba sin su mujer en una inauguración de pintura de Tom Cowsert. Su esposa estaba estudiando. La historia que hoy se cuenta es diferente a lo que se vivió en su momento. Y no nos lo han contado. Se ha vivido.
