No pudo ser Javier Imbroda, el consejero “cariñoso”

Su partida deja huérfana a la política andaluza. no ha ganado su gran partido, el cáncer. Parece mentira. Así ha sido. El entrenador de baloncesto que durante 17 años entrenó en la liga ACB no ha conseguido marcar un punto más en la contador de los puntos. Y de la salud. El deporte y la política lo ha despedido con flores, con luz, con lágrimas y con muchos recuerdos. Pocas despedidas se recuerdan con tantas coronas de flores. Metáfora de cariño y dolor.

El Consejero de Deportes y Educación de la Junta de Andalucia se ha ido para siempre. Y en silencio. Y con ganas de luchar. Lo demostró hasta el final. Siempre puso su mejor sonrisa a la tragedia médica que atravesaba su salud. Todos sabían lo que sucedía. Y no por, quien contó poco porque sólo contaba lo positivo de la vida.

Ahora ha sido despedido con una misa oficiada por un sacerdote amigo de Imbroda desde la infancia. Los consejeros andaluces han estado coda a codo con la familia. Sus dos hijos y su mujer. Juan Manuel Moreno Bonilla ha tenido un gesto "muy comentado" con el equipo de Imbroda. Al finalizar el funeral, el presidente de la Junta de Andalucía se ha acercado a la "gente de Imbroda" y los ha besado uno a uno. La soledad ha sido protagonista durante el día.

"Hoy estamos huérfanos. Ha sido un placer y un descubrimiento trabajar con Javier Imbroda. Con el entendí otra forma de vida. Otra forma de trabajar. Es un día muy triste pero a la vez con la satisfacción de haber trabajado y aprendido de Imbroda", explica un colaborador estrecho del consejero y amigo.

El momento más emotivo de Javier Imbroda en el Parlamento andaluz

vive uno de los días más emotivos hace tres meses. En el Parlamento andaluz, el diputado por Córdoba, Juan Pablo Durán (PSOE) se dirige a Javier Imbroda (Ciudadanos). Emoción pura. El diputado y el consejero conocen que quizás no se vuelvan a encontrar en el Parlamento. La mirada de ambos esconde mucho y saben tanto. Fue el final de un hombre "campechano" al tiempo que serio que se hizo querer. Cuidó a su gente. La empatía fue su mayor bandera.

Imbroda será incinerado y volverá a sus orígenes, Melilla. El lugar donde fue querido, añorado y muy respetado. Allí descansará al tiempo que su gente nunca lo podrá olvidar. El pasado 28 de febrero, Día de Andalucía, en la entrega de las Medallas de tierra andaluza, Javier sigue jugando su último partido. No pudo asistir. En el Teatro de las Maestranza, su presencia estaba con su ausencia. Todos miraban pero Javier ya no era hallado.

Días que contar, es la sintonía que en la despedida sonaba en el silencio de los asistentes y amigos. Días que contar son los que ya no cuentan. Es la canción que compusieron los hijos de Imbroda para su padre. Los hijos de Javier Imbroda son los competentes del grupo musical Javier y Pablo.

Una canción que componen los hijosy que ahora suena en otro mundo. El lugar donde descansa para siempre el consejero "cariñoso".