Cerrar

María Navarro y su última amiga, la portera de Alcalá 174 ( y no Isabel Pantoja)

Su muerte se produjo el pasado 13 de abril. En plena Semana Santa. La mujer más perseguida durante años tras "la bata de cola" de la cantante fallecía en una residencia de Madrid.

Se fue María Navarro, la última gran escudera de Isabel Pantoja.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

El fallecimiento dese ha conocido esta semana, según ha confirmado Chelo García Cortés. Su muerte se produjo el pasado 13 de abril. En plena Semana Santa como ya sucediera con la fecha de la defunción de Encarna Sánchez. El silencio ha sido protagonista en la familia Pascual Navarro. La mujer más perseguida durante años tras "la bata de cola" de Isabel Pantoja fallecía hace 25 días en una residencia de Madrid.

María Navarro ha muerto aquejada de una larga enfermedad. La del olvido. La enfermedad del Alzheimer. Hace 7 años le daba la cara. Los primeros en percatarse de esta dolencia fueron sus vecinos de la calle Alcalá 174. Un domicilio donde María Navarro lloró mucho al tiempo que encontró grandes amigos y entre ellos la portera del edificio. Una mujer joven y sabia. Lista y rápida. Y con final triste y muy prematuro. Esta mujer entendió que María Navarro necesitaba cariño. La portera se lo dio y mucho. Una historia con final triste. Para la portera y para María.

Navarro se hallaba en un residencia tras abandonar su último hogar y lejos del calor de Isabel Pantoja. La tonadillera no sólo fue su amiga sino también su compañera mercantil en la sociedad Pantomar. De aquellos tiempos no queda ni siquiera el recuerdo. Para unos. La otra nunca la dejó de tener presente a Isabel Pantoja. María Navarro nunca la olvidó como jefa pero tampoco la perdonó. Antes de ingresar en la residencia y durante años fue vecina de la calle Alcalá número 174. Muy cerca de la plaza de toros de las Ventas. Lugar de triunfos de Paquirri.

Allí encontró unas nuevas amigas. Una de ellas fue la portera del edificio con quien compartió muchas horas de charlas y confidencias. El azar es caprichoso. La portera falleció este pasado enero tras una dura enfermedad. Los vecinos no la olvidan.

Y María Navarro le estuvo eternamente agradecida. La portera guardó sus secretos. La mujer que supo tender la mano cuando no podía más. Entre el dolor y el alba de la madrugada. Quizás su última amiga, su confidente y la mujer que la recibía en el portal del 174 de la calle Alcalá cuando los almuerzos y las copas se alargaban y se descontrolaban los minutos y las horas de llegada. Allí estaba la portera . La esperaba y en silencio. Sin ruidos y sin prensa. Y la portera tuvo ofertas. Y fueron rechazadas. La portera no habló. Y sin fue sin hablar.

Para María Navarro, Alcalá 174 fue su último refugio. El lugar donde lloró la perdida de Isabel Pantoja. María Navarro se sintió traicionada por su jefa. María Navarro nunca pudo entender ni perdonar por qué no estuvo Isabel Pantoja en el momento más duro de su vida. Fallece su hija Ana. Isabel está ausente. Nunca aparece. María jamás comprendió esta decisión. Fue la gran decepción de la mujer que defendió a Isabel Pantoja ante todo y todos. La artista la echó de su reino y nunca quiso saber anda de su fiel escudero.

María Navarro perdió la memoria con dos penas

Navarro perdió la memoria con una pena. Dos penas. La frialdad de Isabel Pantoja con su distanciamiento y la muerte de su hija Ana. La otra hija de María Navarro es la reconocida actriz Lola Dueñas. La mujer que se llevó para siempre a su madre de Alcalá 174 a una residencia para estar lejos del foco mediático y muy atendida por profesionales. Lola Dueñas conoció a la portera.

María Navarro le estuvo eternamente agradecida. La portera guardó sus secretos. La mujer que supo tender la mano cuando no podía más.

ESdiario también. Se mantiene el anonimato de la portera por deseo de los hijos de la mujer que más conoció los secretos de María Navarro en sus últimos años. La portera y la fiel escudera de Isabel Pantoja ya se han reunido en algún lugar. Quizás se vuelvan a contar secretos a dos bandas o a tres.