Iván Espinosa de los Monteros, las croquetas del Bar Manolo y el Teatro
Vox, La Zarzuela y el teatro vanguardista. Todos juntos y revueltos. Cada uno con su pensamiento. Eso sí, sin pensamiento único y en uno de los locales con más sabor de la capital.
Iván Espinosa de los Monteros.
Miércoles. 22 horas. Bar Manolo. Calle Jovellanos. A pocos metros del Congreso de los Diputados. Reunión política tras el Debate del Estado de la Nación. Cerca de 30 diputados del grupo parlamentario Vox se reúnen en este bar del centro de Madrid. Este grupo político tiene una representación de 52 diputados en la Cámara Baja. En celebración están más de la mitad de los representados en el hemiciclo.
Según tienen algo por lo que brindar. Con cerveza en una mano y croqueta en la otra llega el momento de alzar la copa por encima de la cabeza. "Este brindis va porque hemos ganado del Debate del Estado de la Nación". Sorbo de cerveza y bocado a la croqueta. Tienen grandes bocas los diputados porque las croquetas del Bar Manolo son contundentes. Conocidas por los políticos que acuden habitualmente a este rincón de la restauración y reunión política.
Espinosa de los Monteros es el "capitán" de la velada. Todos alrededor de su líder y su líder también se comporta como tal. Es el diputado de Vox con más renombre quien invita al resto de compañeros tras la larga jornada del día donde la sonrisa de los diputados del color verde aceituna ríen en varias ocasiones al escuchar a Pedro Sánchez asegurar que fue Vox quien negó el confinamiento durante los meses de COVID. Ahora no es momento de risas sino de sonrisas con brindis. Cerveza (y mucha) y croquetas.
El Bar Manolo une a los diputados de Vox y a los devotos de todo tipo de teatro
Gran parte de los diputados del Grupo Parlamentario no están solos. Alrededor de las 23,30 sale del teatro de la Zarzuela el público asistente. Al Bar Manolo. Trajeados y vestidos de teatro del que se llama "de alta cuna" también podría ser de "baja cama" como dice la canción de Cecilia. No es el tema. La mezcla de "gentes" ya va por dos. Vox y el público del Teatro de la Zarzuela. No hay dos sin tres. Se agrega un grupo de amigos que salen del Teatro Círculo de Bellas Artes de una función de teatro alternativo. Ya son tres grupos diferentes. Vox, La Zarzuela y el teatro vanguardista. Todos juntos y revueltos. Cada uno con su pensamiento. Eso sí, sin pensamiento único y sin que los diputados de Vox se quitasen la chaqueta ni la corbata a pesar de los ola de calor. Cada uno hasta el final de la noche con su estilo y sin perder la compostura. Hasta los del teatro vanguardista con sus "coletas".