Alejandra Rubio da una lección a Las Campos (y dice lo que las demás piensan)
Ha tenido que llegar la tercera generación de la famosa familia de televisivas para que alguien diga lo que todas ellas piensan pero no reconocen en público. Ni abuela, ni madre, ni tía.
Impulsiva. Directa. Sincera y al grano. No han sido los calificativos que han caracterizado a la familia Campos a lo largo de su carrera televisiva. Teresa y sus dos hijas. Ha tenido que llegar la tercera generación para que sea quien sin titubear diga lo que piensa sin edulcorantes y sin miedos. Algo poco habitual entre Teresa Campos, Carmen Borrego y Terelu Campos.
Alejandra se sentaba el pasado viernes por primera vez en Sálvame Deluxe. De presentadora su madre, Terelu, quien le dejó claro que no sería su progenitora durante el tiempo de la entrevista. Fue difícil y se consiguió a medias. En el periodismo la objetividad no existe. Se llega en el mejor de los casos a la honesta subjetividad.
Alejandra Rubio, sin la pretensión de hacer amigos en Sálvame Deluxe
Alejandra Rubio llegó a Sálvame sin la pretensión de hacer amigos. Aterrizó para narrar lo que piensa la invitada. Un pensamiento que coincide en gran parte con lo que opina su familia. Algo que ha estado siempre de manera latente y nunca manifiesta. Es más cómodo estar cerca de los poderosos que de la plebe.
La hija de Alejandro Rubio y Terelu puso nombre a quienes no son buena gente con su madre. Disparó fuerte. Recalcó en varias ocasiones que la amistad es otra cosa a lo que vive su madre en el día a día. Al menos laboral. La amistad la tiene en otros lares y provincias.
A Alejandra Rubio le puede faltar madurez. Son 22 años. Algo que contrarresta con la naturalidad con la que dice las cosas sin pasar por filtros sus palabras y sin atender a las posibles consecuencias que tiene su discurso a corto plazo. Así da un lección a su abuela, madre y tía porque ha sido ella quien ha verbalizado lo que las generaciones Campos anteriores piensan.