Tamara Falcó e Íñigo Onieva: Las dos Españas de nuevo separadas
Ha tenido tiempo de conocer a su novio. Una cosa es que no se quiera ver y otra distinta es que se haga pública. Y a veces la infidelidad tiene más de orgullo que que de realidad.
La marquesa de Griñón ha vuelto a su puesto de trabajo en colabora los jueves con Pablo Motos. El pasado jueves anunciaba su boda para el próximo 17 de junio con su prometido Íñigo Onieva. Tocó el tema de la infidelidad y cómo se comporta la sociedad española ante tal situación. Como jurados y Cristina Pardo. En polos opuestos, la marquesa y el escritor.
La ruptura de Tamara Falcó a raíz de los videos de su pareja con otras chicas divide a nuestro país. El victimismo frente al verdugo. Es lo más fácil cuando no se tiene toda la información. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son lo peor.
Íñigo Onieva ha podido "pecar", no seguir las reglas del juego marcadas por la pareja (si es que existían) pero de ahí a ser llevado a los fuegos del mayor infierno va un trecho. Tamara Falcó tuvo tiempo para conocer a su novio. Y largo tiempo. Lejos de lo que pueden indicar "las señales de la Virgen María". Tamara Falcó ha tenido tiempo de conocer a su novio. Una cosa es que no se quiera ver y otra distinta es que se haga pública. Y a veces la infidelidad tiene más de orgullo que que de realidad. El orgullo "pisado" visto por el gran público.
Tamara Falcó ha sufrido un palo. Y de ese palo se sale. Y se puede huir con más rentabilidad. E incluso puede tener muchos más capítulos este serial. Este jueves contaba con Pablo Motos que además de la infidelidad había "más cosas". Se deja un capítulo abierto para que los demás hablemos y sigamos descendiendo al relaciones públicas a la altura de Satanás. Habrá quien lo haga.
Iñigo Onieva no ha mentido a nadie. Menos a Tamara Falcó. Ni siquiera a la suegra quien desde el primer momento vio y contó con la información suficiente para no dar el beneplácito a la relación de su hija con Onieva. Así que aquí no existen culpabilidad (la culpa es religiosa) en todo caso responsabilidad. Y quizás la responsabilidad no sea sólo de Iñigo Onieva. Será una responsabilidad compartida.