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La última pasión (y capricho) de Jesús Quintero que no pudo cristalizar

Amiga del fallecido periodista fue Isabel Gemio. Ambos mantuvieron grandes conversaciones en los últimos años. Ella guarda secretos de luces y sombras de los últimos años que pocos conocen.

Jesús Quintero.

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El periodista del silencio y de la tenue luz se ha marchado este lunes en la residencia Nuestra Señora de los Remedios en Ubrique a los 82 años. Lejos del ruido. Algo que detestaba Jesús Quintero. Una infección pulmonar ha puesto punto y final a una vida marcada por una forma de ser, la suya. El maestro de la palabra a quien Sabina le dedicó la canción Ratones Coloraos en el disco Diario de un peatón (2003) se apartó para despedirse de su vida hace dos meses.

Jesús Quintero utilizó la palabra "a su medida y manera". Fue su oficio. El teatro fue su segunda gran pasión. Y lo consiguió. Luchó por tener un teatro en su ciudad adoptiva, en la capital hispalense. Y en la calle con más solera. En la calle Cuna de la ciudad de Sevilla tuvo durante años el Teatro Quintero.

Una adquisición que consigue tras pasar apuros económicos y vender su ático sevillano en 2016. El Teatro Quintero acogió grandes representaciones que deambulaban por todos los rincones y proscenios de nuestro país. No fue rentable. Y tras meses sin pagar el alquiler tuvo que vender la posesión para dar cabida a otros empresarios. Hace tres años, el Teatro Quintero se convierte en la sala La Cuna del Flamenco.

Jesús Quintero vio volar su sueño y no era un pájaro

Jesús Quintero no sólo pierde su gran hogar, ese ático que tantas reuniones con amigos congregó. Su teatro también lo vio "volar". Y no era un pájaro. Era su otra gran ilusión y realidad con el tiempo. El día que ha fallecido ni siquiera existe ya La Cuna del Flamenco.

Jesús Quintero fue amigo a su manera. El periodista decide en cada momento con quién quiere estar y la forma en la que desear permanecer. Se ha ido con el cariño de muchos compañeros. Amigos menos. Amiga del periodista fue Isabel Gemio. Ambos mantuvieron grandes conversaciones en los últimos años. Ella guarda secretos de luces y sombras de los últimos años que pocos conocen. Quintero se refugió en Gemio y viceversa.

El hombre que revolucionó el género de la entrevista siempre quiso guardar con recelo a su familia. Y especialmente a su hija menor Lola.