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El llanto de Andrés Pajares por su gran amigo Carlos Saura

El fallecimiento del cineasta y director a los 91 años ha llenado de tristeza a su actor fetiche. Emocionado y muy tocado ha compartido entre lágrimas con ESdiario la carta que le dedicó.

Andrés Pajares y Carlos Saura, compañeros y amigos.

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El llena de tristeza a su actor fetiche en el año 1990, Andrés Pajares.

Le dirigió en su obra maestra Ay, Carmela, una adaptación al cine de la obra teatral de Sinisterra. Un papel que permitió a Pajares consagrarse en el cine dramático . Un papel que le cosechó un Goya por su interpretación masculina. Saura lo recibe como director a la mejor película. Edición de los Goya de 1991.

ESdiario ha hablado con un afectado Andrés Pajares a quien le ha costado mantener la conversación por el estado de tristeza en el que se hallaba en ese momento. Acaba de recibir la noticia del fallecimiento de Carlos Saura. Sus palabras son las del amigo y las del actor que agradecerá de por vida su trabajo a este director.

"Es un día muy triste. Tristísimo. Para mí es la persona que confió en mí para hacer un papel que nada tenía que ver con los papeles cómicos que había interpretado a lo largo de mi carrera. Recuerdo el día que nos reunimos en un restaurante de la carretera de La Coruña en Madrid para ofrecerme la interpretación de Paulino en la película Ay, Carmela. Nunca lo podré olvidar. Aquel día lo conocí y aquel día se quedó para siempre en mi vida como gran amigo", cuenta entre sollozos Andrés Pajares.

"Se ha ido uno de los grandes. Muy grande. Aquel 1991 cambió mi vida. Un papel que trascendió dentro y fuera de nuestras fronteras. Pajares ya no era sólo el actor cómico. Y mira que me gusta ser cómico. Saura junto al productor Andrés Vicente Gómez me dieron la posibilidad de mostrar otro registro. Gracias allá donde estés, querido Saura", puntualiza.

Andrés Pajares quiere compartir con nuestro periódico una carta que le escribió Saura agradeciendo el talento del actor. Una carta que lee por teléfono y nos hace llegar. Andrés está muy emocionado. No consigue llegar a la última línea.

El sentimiento de cariño, gratitud y reconocimiento se traduce en un Gracias en mayúsculas y con la voz entrecortada. El cine español ha perdido a uno de los más grandes tan sólo 24 horas antes de recibir el Goya de Honor. Andrés Pajares pierde a un amigo, a su descubridor dramático y un ejemplo en la dirección.

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