Carlos Herrera y Pepa Gea protagonizan las fotos más amorosas de la Semana Santa
Aunque logró mantener en secreto durante mucho tiempo una boda que impactó mucho en los mentideros rosas una vez descubierto el pastel es más complicado seguir manteniendo el anónimato.
Carlos Herrera y Pepa Gea.
La de ha sido una de las bodas más sonadas de los últimos tiempos. Después de tres años de discreta relación, la pareja se daba el sí quiero por sorpresa el pasado 5 de diciembre en una ceremonia íntima en Nueva York en presencia tan solo de sus respectivos hijos: las dos hijas de la presentadora de Magazine Madrid de Onda Cero, y Rocío Crusset y Alberto Herrera, fruto del matrimonio del locutor radiofónico y Mariló Montero.
Una boda que la pareja conseguía mantener en secreto dos meses y que revelaba espontáneamente su amiga en el programa que presenta en TVE, Plan de tarde, reprochando entre risas al periodista que no la hubiese invitado a su enlace.
Una bonita noticia que provocó una ola de felicitaciones para la pareja y que Carlos quiso agradecer compartiendo dos días después, a través de sus redes sociales, una imagen de él y Pepa radiantes el día de su boda; Herrera, con un traje azul marino y corbata de rayas y la periodista, con un look nupcial discreto y elegante, con blazer blanca y diadema con redecilla al tono.
Carlos Herrera y Pepa Gea pasan su primera Semana Santa juntos
Ahora, la pareja vive su primera Semana Santa como marido y mujer y lo hace, como no podía ser de otro modo, en Sevilla, disfrutando de una de las tradiciones más arraigadas para el presentador de COPE, fiel seguidor de las procesiones de su tierra.
La pareja ha optado por seguir los pasos desde un céntrico balcón acompañados por varios amigos y, demostrando lo enamorados que están, no dejaron de intercambiar confidencias en ningún momento. Radiante, Pepa derrochó elegancia con un favorecedor vestido con estampado floral en tonos azules, corte imperio y mangas afaroladas, mientras Carlos, con una corbata "a juego" con el look de su mujer, lució un clásico traje azul marino y unas gafas de sol ahumadas.
