El craso error que cometió Nacho Palau en la batalla final contra Miguel Bosé
Por interés o por desconocimiento buscó apoyo donde no debía y ahora ha visto como sus esperanzas se desvanecen definitivamente. Al final siempre pierden los de siempre y no es por Justicia.
El hijo de ha llegado hasta el final. Y lo ha conseguido. Con la ley, cual pan, debajo del brazo. tiene otros dos hijos. No son hermanos. Legalmente. No lo dice el sentimiento. Lo dice la ley. O "la no ley". Ante la laguna de existencia legal se aplica lo que existe. El error no es de la ley. Es de los padres que decidieron no hacer las cosas como se tenían que hacer en beneficio del menor. Sólo pensando en los mayores. Quizás para preservar su intimidad sin pensar que tendría consecuencias legales para los menores. Otro tiempo. El menor siempre pierde.
El Tribunal Supremo ha dictado sentencia. Ha ratificado decisiones judiciales de instancias anteriores. Los hijos de Miguel Bosé y de su expareja Nacho Palau no son hermanos. Dos son hijos de Miguel Bosé y otros dos hijos son de Nacho Palau. Y es sentencia firme. No cabe recurso.
Ni Miguel Bosé ni Nacho Palau movieron un dedo para prever el futuro de los menores
Durante años vivieron juntos. Los seis. Los cuatro niños y el padre de dos de los niños y el padre de los otros dos. Esa es la realidad vivida y otra es la realidad jurídica palpable. Una realidad provocada por su padres y porque así lo decidieron. No movieron un ápice para prever el futuro de los más pequeños. El mañana no está escrito y puede suceder de todo. Y así fue. El amor se acaba y las consecuencias las pagan otros. En este caso, menores.
Miguel Bosé y Nacho Palau tocan fondo. No hay amor y deciden emprender vidas por separado. En aquel momento, la situación legal es la ya narrada en sucesivas ocasiones. Miguel tiene dos hijos por maternidad subrogada. Y Nacho tiene otros dos hijos por el mismo método. El enlace entre ellos es nulo. No hay matrimonio ni vinculación civil entre ellos. No hacen nada para formalizar su relación y tampoco la de los menores. El Interés del Menor queda relegado a un segundo plano. No existe vinculación. Hay cariño. Hay cercanía. Cuatro niños que se crían juntos porque sus padres viven juntos. Coincidencia. Nada más. Los padres de los cuatro niños no quisieron formalizar su situación sentimental y como consecuencia, la situación de sus hijos. 2 y 2. Nunca 4. Aquí no funciona la matemática.
En España no hay legislación de la maternidad subrogada. Una situación que complica el afecto en contraposición con la realidad jurídica. La vía sentimental y la vía jurídica deambulan por aceras distintas. Misma dirección. Distinto sentido.
Miguel y Nacho tuvieron la oportunidad de adoptar a los hijos el uno del otro. La ley deja muchos recovecos a la interpretación. No quisieron utilizar ninguna herramienta jurídica en previsión de los más pequeños. Las hay. La justicia no es injusta. La ley aplica. Y la dejación de los mayores es consecuencia de los menores. Aquello no sucedió. La herramienta. Acaeció la consecuencia.
Eran felices el uno con el otro y cada uno con sus hijos. En noviembre de 2020, ESdiario anunciaba que Nacho Palau llegaría hasta el Alto Tribunal (Tribunal Supremo) para conseguir que la justicia le diera la razón de la hermandad de sus hijos con los hijos de Miguel Bosé.
Ha llegado el día. La cúspide del Poder Judicial se ha pronunciado en las últimas horas. Nacho no lleva razón. Miguel estaba bien asesorado. Y con la ley abrazada. Desde el derecho. El sentimiento es otra cosa.
Lo intentó. Quería que sus hijos y los hijos de su ex pareja "los cuatro hermanos" vivieran juntos. Se opuso a las peticiones de su expareja y decidió recurrir a la Justicia. Craso error. No hay legislación y no se puede actuar. Miguel Bosé no fue egoísta. Ofreció dentro de sus límites. La ley no amparaba a sus hijos y los hijos de su ex pareja. Nacho Palau buscó (por interés o desconocimiento) su apoyo legal. No lo encontró porque no existe. El interés del mayor fue más fuerte que el interés del menor. Pierden los de siempre.