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El día que Sálvame normalizó la homosexualidad: la hipocresía de Kiko Hernández

Quizá el hombre que “intentó humillar” a quienes decidieron mantener su identidad como propia y no vendida a cambio de “pasta” pueda ser la “señorita con tutú” de una carroza del orgullo gay

El día que Sálvame normalizó la homosexualidad: la hipocresía de Kiko Hernández

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13 de junio. Día de San Antonio o día donde se normalizó la homosexualidad en Sálvame. Su mérito lo tiene. Es él, el novio del actor Fran Antón. Durante la tarde del martes a Kiko Hernández se le aplaudió. Se le agasajó. Se le ensalzó como a un santo que redime a su pueblo. Un mesías. Llegó el salvador de los maricones. Llegó el último. Nada que ver con aquellos años donde Chelo García Cortés tuvo que defender que era normal y fue la risión de Kiko Hernández y sus adeptos. Era “bollera” y necesitaba justificarse ante los dictadores de izquierdas impuestos por su Dios supremo. Desde Vigo a Badalona pasando por provincias sin identidad de "colaboradora”.

Cuando Chelo García Cortés necesitó ayuda Kiko Hernández no se la ofreció

Chelo García Cortes fue una víctima de Kiko Hernández que por ser lesbiana y “en condiciones de difícil solvencia", fue su presa. La masticó pero cuando le pidió ayuda económica no se la ofreció. Otros se la ofrecieron en silencio. Mucho silencio. Sus amigas.

Así es la nueva versión de quienes desde este martes son maricones. Lo de rojos, ESdiario lo desconoce. Quizás lo sea si hay rédito de por medio. "Programa de rojos y maricones", clamó Jorge Javier Vázquez en su día. A Miguel Frigenti, le sacaron los otros de sus otros. Es decir, lo más privado. Era información. Y de otros, lo intentaron, sacar el armario a toda costa sin atender al Estado de Derecho.

Algunos decidieron que no participaban. Y Kiko Hernández , el nuevo adalid del progresismo y la homosexualidad melillense, era un motor de aquella dictadura gravada de franquismo y maquillada por la gaditana Mercedes Formica. Guiño histórico. Hay quien espera su vuelta a una plaza de Cádiz reiterada por los indocumentados de la extrema izquierda gaditana. Es pasado. Otro presente. El de le presunta libertad de Sálvame y sus personajes libertarios. Ahora. Ahora son bandera. Los que machacaron quieren ser lema de la diversidad. De colores y aromas. A otra cosa.

El capitán o dueño del cortijo Jorge Javier Vázquez ha desaparecido y el “ya marido” del cómico Fran Antón volverá a aparecer el día 23 de junio para despedir.

Ese día hay protagonismo. El protagonismo lo tiene la redacción quien debe ser despedida con 33 días por año cotizado ya lejos de despido colectivo. Son rojos. Es el momento.

Han optado por recoger la alfombra del éxito. Sus coristas, plebeyos o súbditos que plieguen la alfombra roja, azul o desteñida. Mientras tanto, la Patiño, la Esteban y Campos agarran el timón de un barco ya naufragado. Con rabia, con tristeza y desazón. Y con razón. Son heroínas de sus creencias. De su verdad. De su religión. La nueva religión "el trabajo". La vida de las clases inferiores de la izquierda dominante. Ellas están rabiosas, encabronadas y no lo pueden evitar mientras le sacan luz a su rostro en la sala de maquillaje. El otro arte. Algunas tienen los ojos vidriosos. El incipiente llano no se puede evitar.

La homosexualidad ya es legal en Sálvame. Muy lejos de las redadas históricas, de Nueva York y Torremolinos (Málaga) con sus respectivos episodios policiales en 1969 y 1971. Stonewall y Pasaje Begoña están marcados por nuestra existencia. Historia del tiempo presente e invento de la sociedad homosexual imperante. Y de izquierdas. Algunos no lo comparten pero se suben al carro por el protagonismo cedido. El hambre es el hambre. Cada vez menos y cada vez más entre la clase menos pudiente intelectualmente hablando. El saber no es clase. Es costumbrismo del tiempo presente.

Fran Antón, un viejo conocido de directores, actrices, actores y productores....

El pulpillo de la homosexualidad de Kiko Hernández se ha hecho grande y en sus últimos días gracias al teatro Distinto. Y al clásico de Las Troyanas. Un cómico en periodo de meritorio que tiene “ya” en su haber más sombras que luces. Directores, actrices, actores, productores conocen de las habilidades del marido o “marío” de Kiko Hernández. Entre marido y marío hay matices.

Sálvame ha querido normalizar lo que ya era normal desde hace meses. Y lo hace el programa 8 días antes de su fin. A menos de dos semanas de su cancelación, ha querido rendir tributo a quienes machacaron por defender lo que era privado. Muchas banderas y pancartas.

Quizás Kiko Hernández, el hombre que “intentó humillar” a quienes decidieron mantener su identidad como propia y no vendida a cambio de “pasta” pueda ser la “señorita con tutú” de una carroza del orgullo gay. Hay que buscar entre las izquierdas y lo nos conocedores de lo que fue el 28 de junio de 1969. Día de Orgullo Gay. Lo de este martes fue el día de la hipocresía de la heterosexualidad u homosexualidad invertida. Además de hipócrita y vendida. Hay hueco para todo, incluso para los voceros de la corriente de Hernández. Besos incluidos.