Beatriz Rico empieza a ver la luz tras pasar por la peor pesadilla de su vida
Desde que empezó a trabajar a los 19 años no había parado pero esta vez no ha tenido más remedio. La cosa había ido demasiado lejos y, tal como ha confesado a Esdiario, no le quedó otra.
“Hacía mucho tiempo que padecía fuertes dolores, me resultaban tan insoportables que me impedían hacer una vida normal”, nos confiesa Beatriz Rico a ESdiario, en su primera entrevista, tras someterse a una delicada operación de columna.
La actriz ya anunció hace unos días que estaba “pachucha” y que pasaría por quirófano para terminar de una vez por todas con sus dolencias: “Me lesioné la primera vez cuando estaba en Upa Dance, hace 20 años. Me rompí la L5, al cabo del tiempo se soldaba y luego se volvía a romper, hasta que el disco se ha degenerado por completo. Tenía dos vértebras que estaban totalmente montadas y una desplazada. Me han puesto dos barras para separar las vértebras y un pequeño injerto en el hueso”.
Beatriz recuerda como fueron esos instantes antes de que la suministraran la anestesia general: “Estaba muy nerviosa y no podía dejar de hablar con el equipo médico. Antes de dormirme, me santigüe, miré para arriba y dije: ¡Dios mío, echame una mano para salir de esta bien airosa! La operación duró tres horas y salí de quirófano con 18 grapas en la espalda. Durante dos días me mantuve a base de morfina, estaba como en una nube (recuerda con humor) y al tercer día ya salí dando mis primeros pasos por el pasillo del hospital, tal y como podéis ver en el video que colgué en mis redes. Yo tenía miedo porque podía pasar cualquier cosa, la lesión estaba muy cerca de la médula, te pasan por la cabeza mil cosas… pero todo ha salido bien y ahora me siento feliz de haber dado el paso. Vivir con dolor no es vida y ahora empiezo a ver la luz y estoy dispuesta a retomar todo lo que hacía antes”.
Rico también tuvo que dejar de lado una de sus aficiones más consolidadas de su vida: “Soy una apasionada del deporte, lo he practicado toda la vida, y lo cierto es que hacer tanto body pump (levantar pesas), no me ha beneficiado. El exceso de ejercicio físico y no tomar nada el sol, porque no me gusta y por eso no tenía vitamina D, me ha aceleró la enfermedad degenerativa. En el último año solo podía nadar y hacer estiramientos con mancuernas de 1 kg, tuve que apartar otras prácticas deportivas. Lo intenté todo para evitar pasar por el quirófano, fisioterapia, nadar todos los días, estirar... resultó inútil. A nivel mental también me afectó, algo hizo clic en mi cabeza y pensé: ¡No puedes seguir así! Ahora tengo una columna nueva y me siento feliz porque voy a retomar mi vida con normalidad”.
La operación de columna es una intervención delicada a la que Beatriz se enfrentó con ciertos miedos, pero ver que no podía llevar una vida normal la atormentaba día a día: “Este último año ha sido horrible, caminaba con dificultad, las constantes molestias me impedían conducir y por las noches no podía descansar porque cada vez que cambiaba de postura era un suplicio. Cuando subía al escenario se me dormía una pierna, tenía que salir medicada para soportar los dolores. Es curioso porque antes, aunque me encontrase mal se subía el telón y se me olvidaban mis males, y últimamente la cosa era seria porque no me calmaba ni el antibiótico”.
La actriz se ha visto obligada a suspender las funciones de teatro durante una temporada hasta que se recupere completamente: “Espero regresar a mediados de agosto y continuar con la gira de Palabras encadenadas. No descarta aterrizar de nuevo con su obra en un teatro madrileño de cara al próximo otoño.
Tras su salida del hospital Beatriz se recupera en su casa de Madrid; "Mi marido y mi hijo están muy pendientes de mi, me están mimando mucho, y eso me gusta"
La asturiana es una mujer inquieta por naturaleza; “Empecé a trabajar con 19 años en El precio justo, es la primera vez que me cojo una baja laboral porque no he parado nunca, afortunadamente. Por eso me siento rara, pero prefiero parar, recuperarme y regresar como nueva, porque la vida con dolor no es vida. Además, con tanto reposo estoy aprovechando para escribir una nueva novela, ya sabes, enfocada al mundo femenino, en clave de humor, como a mi me gusta”.
Ahora su principal objetivo es recuperarse cuanto antes, regresar al teatro sin dolores y pensar en el viaje sorpresa que le anunció su marido poco antes de entrar en quirófano.Todo ello le motiva para sobrellevar la tediosa rehabilitación que tendrá que hacer en las próximas semanas: “Rubén, mi marido me sorprendió con un viaje a Hawai que tenemos planeado para septiembre, quiero estar lista para bucear que es otra de mis pasiones. Mi hijo Marco acaba de terminar Marketing y Publicidad en Irlanda y vendrá con nosotros. Después de esta experiencia pasar tiempo con las personas que quiero cobra más valor”.