Arantxa Sánchez Vicario, ante un juicio en el que se le piden 4 años de cárcel
La tenista se muestra muy cauta antes del proceso judicial por delitos económicos contra ella y su exmarido que tendrá lugar en septiembre.
Arantxa Sánchez Vicario se encuentra a la espera de que se celebren dos juicios en un verano que no ha sido precisamente placentero para la que ha sido una de las grandes tenistas denuestro país. A lo largo de agosto tenía previsto culminar el proceso judicial de divorcio de su exmarido, José Santacana, y en septiembre se enfrentará a otro más serio, en el que la Fiscalía pide para ella y su expareja cuatro años de cárcel por alzamiento de bienes y una deuda de 7,5 millones deeueros al Banco de Luxemburgo.
Arantxa reside actualmente en el acomodado Midtown de Miami con sus dos hijos, Arantxa y Leo, de 14 y 11 años donde da clases de tenis en una exclusiva escuela deportiva. A sólo dos horas, vive su hermano Emilio, otro emblemático de la raqueta y que ejerce de gran apoyo de su hermana durante los momentos difíciles que ha vivido.
Arantxa, de 51 años, aprovecha diversos actos en España para acudir de vez en cuando a nuestro país. El último fue hace unas semanas cuando acudió a Marbella a participar en un homenaje de la Real Federación de Tenis a las tenistas españolas.
Arantxa ha confesado en numerosas ocasiones que su exmarido es el origen de todos sus problemas judiciales y económicos. "Me arrepiento de haberle dado el control. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida", confesaba a una revista del corazón tras hacer pública su separación. Arantxa llegó a revelar tras su separación que los trofeos y sus cosas personales se los había llevado su exmarido: "Están en casa de sus padres y voy a intentar en algún momento recuperarlos". Es tal el desprecio que Arantxa siente por su ex que se ha borrado los tatuajes que le recordaban a él.
Arantxa, que ha vuelto a España con motivo del juicio de su divorcio, ha expresado a Europa Press su confianza en el sistema judicial a pocas semanas del proceso legal en el que se juega mucho.
Arantxa fue acusada de declarar falsamente su residencia en Andorra, lo que resultó en una multa de Hacienda. A pesar de intentar pagar la multa con un aval, éste nunca se abonó. El Banco de Luxemburgo la demandó por alzamiento de bienes, alegando que vendió propiedades sin saldar su deuda. En medio de una investigación en curso, la Fiscalía sugirió un "ánimo de enriquecimiento ilícito", respaldando la idea de que ella y su esposo vendieron las propiedades para evitar pagar al banco. El proceso judicial ha incluido pruebas y apelaciones por parte del banco.
El juicio se llevará a cabo el próximo mes. "Esperaremos hasta septiembre. Y como he dicho, he creído y creo en la justicia, y esperaremos hasta septiembre", afirma Sánchez. Su postura es clara: confía en que el sistema judicial hará su trabajo y se muestra dispuesta a esperar hasta que el proceso se desarrolle en su totalidad.
Aunque evita dar más detalles sobre los aspectos específicos del caso, la extenista aprovecha la oportunidad para agradecer el apoyo que ha estado recibiendo. "Dentro de poco os contestaré cuando nos veamos, pero ahora no voy a decir nada más, ¿vale? Te lo agradezco y, nada, gracias por el apoyo y espero que me entendáis", comenta Arantxa.