El día que García Lorca llegó a Argentina o viceversa: Ana Bowers se desnuda
Su voz no sale de la garganta. Es más profunda. Del abdomen. Se mete en la piel de una mujer que sufre. La historia de una mujer que consigue perder la cordura por una locura infundada.
Este viernes se estrena Isabel y Rosarito. Un drama llegado desde Argentina de la mano de Matías Oliver. Un ingeniero con una pasión, el teatro. Sus ojos azules mediterráneo Mar Menor lo delatan. Un texto con arraigo. De allí. De aquí. Con verdad.
Entre festividades de la Almudena y encapuchados con casco que disparan, ESdiario acudió al ensayo general de la función que se estrena en la calle Velarde número 5. Teatro de medio formato. 35 minutos. Ni teatro convencional ni micro teatro. En la gama de los grises. Punto medio.
Ana Bowers llegó a España hace dos años y medio. Actriz. Y con garra. Su voz no sale de la garganta. Es más profunda. Del abdomen. La intérprete se mete en la piel de una mujer que sufre. Por lo que siente y por lo que se imagina. Igualmente es sufrimiento. Es un argentino en su versión La Casa de Bernarda Alba. El día que se cierran las puertas y las ventanas de una casa para que el luto se quede entre pocos. Los asistentes al convite del duelo. Aquí Bernarda. Ahora Rosarito. Dos mujeres idénticas nacidas en países distintos. España y Argentina.
Una verdad vivida y sufrida
Un texto original que llega de la mano de Matías Oliver, la dramaturgia y la dirección. Y a su mano derecha, la ayudante de dirección Valeria Santiago. Y que da voz a Isabel. Una señora que da luz, brillo y esperanza cuando la mente de los otros llega lejos. Muy lejos. Un tragaluz desprende la verdad de una vida con mucha naturalidad. Hoy en Madrid y en el barrio de Malasaña, la historia de una mujer que consigue perder la cordura por una locura infundada. La cordura y la locura pero la verdad se cuenta.
Ana Bowers se desnuda desde la entrañas con canas incluidas para interpretar una verdad vivida y sufrida. Reflexión. Sensatez. Interpretación que muchas Poncias desearan.