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Pilar Eyre destapa el retoque estético que delató a Don Felipe con Pedro Sánchez

Mucho se ha hablado durante años de las mejoras estéticas a las que somete la Reina Letizia de vez en cuando, pero hasta ahora el mismo tema sobre su marido era prácticamente un tabú.

Según Pilar Eyre, casi todos los políticos se hacen sus propias mejoras estéticas.

Publicado por
Maribel Fernández

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Mucho se ha estado hablando de la cara y los gestos serios del Rey Felipe en esta última investidura de Pedro Sánchez. Se han hecho todo tipo de análisis al respecto y se ha debatido largo y tendido. Pero faltaba un hipótesis que hasta ahora no se había vertido en televisión y ahí estaba Pilar Eyre para remediarlo.

La periodista especializada en corazón y casas reales se dejó caer por el Tot Es Mou de TV3 este miércoles y dio la versión que hasta ahora no se había dado sobre la "mala cara" que tenía Felipe VI.

Las dos lecturas del gesto serio del Rey Felipe con Pedro Sánchez, según Pilar Eyre

Para Eyre la primera lectura es la que hasta ahora había tomado más fuerza, que "quería mostrar que estaba enfadado, que no le hacían gracia algunos aspectos de la investidura, para sus seguidores que están en contra de la amnistía que son monárquicos, él quería demostrar su malestar y quería demostrar que estaba a su lado".

Pero la también escritora aportó otra explicación un "poquito más prosaica" porque "yo estuve mirando las imágenes de la investidura anterior y en ese momento Felipe estaba más relajado tenía una expresión más relajada. Pero es que yo creo que en ese momento, en la anterior toma de posesión, se había puesto bótox".

Ante la sorpresa de la presentadora Helena García Melero, Eyre insistió en que "se había puesto botox en el entrecejo y en la frente, que tenía muchas arrugas. Muchos hombres se ponen bótox", insistió, para añadir "Pedro Sánchez también, también tenía un ceño muy fruncido antes y ahora ya no lo tiene".

El que no se lo puso, a pesar de que ella misma se lo recomendó, fue Pablo Iglesias, que también tenía el ceño muy fruncido y eso da "una expresión muy severa y antipática".

Lo más curioso es que la conclusión a la que llegaron en el programa es que en la toma de posesión de los ministros ya no tenía el Rey esa expresión tan dura: "Creo que ahí ya hubo una pequeña intervención estética, le dijeron esto tienes que arreglarlo, y en esa ocasión ya estaba relajado, la frente relajada, el ceño relajado. Se debía a un pequeño pinchacito".