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Bertín Osborne y su derecho a querer saber la verdad acechan a Gabriela Guillén

El último giro inesperado de la madre del último y presunto hijo del cantante ha dado la vuelta a la tortilla, pero con la ley en la mano la situación se le puede volver totalmente en contra

Bertín Osborne puede darle la vuelta a lo que le sucedió a Pepe Navarro.

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Gabriela Guillén ahora quiere tranquilidad. No quiere estar perseguida por la prensa. Es una necesidad. Ahora. Necesita poder pasear durante el día sin el agobio de la cámaras para que a su niño le de el sol tan necesario en los primeros meses de vida.

En una semana todo ha cambiado. De la exposición mediática a la que se sometió en el mes de julio y agosto en los programas de televisión por decisión propia a necesitar de paz exterior e interior. Este pasado fin de semana enviaba al programa De Viernes a su compañera y amiga Raquel Arias. Su intervención delató la hoja de ruta de Gabriela Guillén.

Ahora ya no es necesaria la prueba de paternidad del padre de su hijo para esclarecer la verdad de este niño recién nacido. Raquel Arias emulando al estudioso de la psicología evolutiva Piaget hablaba del derecho del menor por encima de todo. No es un derecho de la madre ni del padre. Es del menor. Sus palabras quieren dibujar el futuro. Hasta el que el niño no lo considere oportuno podemos seguir jugando y facturando sobre la realidad que nos ha tocado vivir. Los únicos responsables lo padres. El menor nunca.

Gabriela Guillén es consciente que debe registrar a su hijo como madre soltera y con sus dos apellidos. Quizás también haya pensado que si no se la hace, Bertín Osborne no tiene obligación de pasar manutención alguna. Quizás también sea sabedora que ganará mucho más con la duda de la paternidad que con la realidad de las pensiones. Es el derecho de Gabriela Guillén.

El cantante tiene un derecho que debe ejercer de parte. No existe el oficio en estos asuntos. El sevillano puede interponer una demanda de paternidad porque desea conocer si el hijo que acaba de tener Gabriela Guillén es suyo o no. Con la consiguiente obligatoriedad civil. Ambos tienen que dudar en la misma proporción.

Bertín Osborne puede dar la vuelta a lo que sucedió a Pepe Navarro con Ivonne Reyes

Bertín Osborne no lo negó en julio. En agosto tampoco. En estos últimos meses ha podido tener más información de la autenticidad de la paternidad del hijo que acaba de nacer. El presentador no quiere cometer el error de libro que protagonizó Pepe Navarro hace 24 años cuando nació el hijo de Ivonne Reyes.

Osborne puede solicitar la paternidad. Hay indicios más que racionales para que un juez requiera a Guillén esta paternidad. Se ha confirmado en medios de comunicación por su propia boca de la autoría de su embarazo. Si el juez le requiere la prueba y ella se niega, no se adjudicaría la paternidad al sevillano. Sería el mismo caso de Pepe Navarro pero a la inversa.

El comunicador de Esta noche cruzamos el Mississipi se negó a hacerse la prueba y se le otorgó la paternidad ante la negativa del solicitado demandado. Si Bertín requiere de la prueba y Gabriela se niega, el juez puede no otorgarle la paternidad por la misma negativa. El Derecho Civil es dispositivo y abierto a las nuevas realidades sociales.

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