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El gran drama de Karina no contado

Yo soy Karina se ha estrenado estos días en el Teatro Bellas Artes, un recorrido por las luces y las sombras de una carrera musical plagada de éxitos pero también de piedras en el camino

Karina, con su marido Carlos

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Este próximo lunes se volverá a subir el telón de Teatro Bellas Artes de Madrid a las 20:oo. Yo soy Karina se ha estrenado esta semana. La protagonistas Maria Isabel Llaudes Santiago. La mujer que hizo posible que las fechas tuviesen aroma de amor. La cantante Karina se sube a las tablas escénicas para contar su vida. Su infancia, su éxito, sus momentos económicos delicados, su enfermedad, sus amores. Sus hijas. Karina en estado puro. Su voz no se ha apagado. El público la quiere. Así lo demostró este pasado lunes en el escenario de un teatro madrileño.

Yo soy Karina es un recorrido por las luces y las sombras de una carrera plagada de éxitos y de piedras en el camino. A su lado, su segundo marido. El actor Carlos Manuel Diaz y padre de sus dos hijas, Rocio y Azahara. El abrazo de Azahara y su madre es infinito. El amor es grande. Zahara es la hija que toda madre quisiera tener. Y una tercera generación, su nieto Iker, el primogénito de su hija Rocio.

Música y color. Emoción en el regreso de la mujer que consiguió traer “la medalla de plata” en el festival de Eurovisión del año 1971. El público enloquece cuando Karina se pone a cantar. Su música de antes resuena con fuerza en las generaciones del hoy. Momento emotivo cuando en el escenario Carlos Manuel Díaz recuerda el día que su suegra y madre de la protagonista, Trinidad Santiago, se despide del que ya era su es yerno. “Cuida de las niñas”, fue el mensaje que da al que fue yerno favorito. Trinidad agonizaba. Llegaba el viaje a la eternidad.

Elegante y discreta

Karina es elegante y discreta cuando habla de episodios de su vida que forma parte de 'su' tragedia griega. Habla de su primer matrimonio con Tony Luz (1973-1975). En este espectáculo, Karina cuenta su primer beso con aquel novio que se convierte en su marido. El amor no llevó al sexo. Historias en blanco y negro de tardofranquismo. El matrimonio no pudo funcionar. La genética es demasiado poderosa. Maria Isabel Llaudes quiso anular su matrimonio. Y no tuvo otra opción que declararse adultera ante el Tribunal eclesiástico de La Rota para agilizar los trámites. Tuvo que mentir para conseguir su objetivo. La nulidad ante Dios de un matrimonio que no llegó a puerto. Nunca dejó de estar amarrado 'el barco'. Las horas de desmaquillaje antes de ir a la cama no eran de Karina.

Yo soy Karina es la historia de una mujer que nace en Jaen (1945) y nunca puso mala cara a tiempos difíciles de la adversidad. La vida la ha compensado. El pasado lunes día 15 en su vuelta a los escenarios, su gente, familia y amigos la aplaudieron con el corazón. Las manos fueron el medio para expresar su sentimiento.