Las 82 fotos desnuda de Mariló Montero estomagan a Cristina Pardo en La Sexta
La presentadora está pasando por un desagradable brete que la ha vuelto a colocar en el ojo del huracán de los titulares y que se ha vuelto en contra de su compañera de Atresmedia.
Este martes arrancó el juicio entrey dos paparazzi (Diego Arrabal y Gustavo González) que le habrían sacado fotos íntimas en un hotel de Bora Bora mientras estaba desnuda.
Al hilo de la noticia, el Más Vale Tarde de Cristina Pardo en La Sexta recuperó el asunto y Beatriz de Vicente explicó respecto al delito de revelación de secretos, por el que la presentadora acusa a los fotógrafos, que existe una distinción: "Si usted es un particular, nadie tiene derecho a hacerle una foto, pero si es un personaje público y se expone a una playa se puede exponer a que le hagan una foto".
Sin embargo, matizó que el bungalow del hotel, en el que Montero habría sido fotografiada, "en España sería privado y podría constituir hasta domicilio". También apuntó que "no es agradable" el hecho de que la Fiscalía no apoye a la presentadora: "Ya te peleas con el ministerio fiscal y contra los que acusas".
Además, la abogada indicó que este juicio por la vía penal no influye en la vía civil, donde Mariló ya consiguió una indemnización de 340.000 euros por parte de los paparazzi, actualmente en suspenso: "Se está juzgando si son culpables de un delito de revelación y otra cosa es la intromisión a su derecho a la intimidad y a su propia imagen".
Sobre qué significa para el proceso que las fotos no se llegaran a publicar, la experta aseguró que "si hubieran sido difundidas, la indemnización podría haber sido el doble".
Sin embargo, y a pesar de lo impactante del debate, lo cierto es que Más Vale Tarde no tuvo su mejor día en los audímetros este martes y bajó sus cifras para La Sexta hasta el 6.4% de share y 541.000 espectadores, las más bajas desde el pasado 11 de enero.
Mariló Montero asegura que "me violaron dos veces"
Cabe señalar que Mariló Montero se mostró muy enfadada y disgustada por la situación a la que se enfrenta. Se trata de unas 82 fotos que nunca vieron la luz pública pero que "pasaron de redacción en redacción, de mano en mano. Me las describieron con tanta precisión que fue realmente humillante", aseguró mientras los paparazzi alegan que ellos no tomaron esas imágenes y que, en cualquier caso, no se llegaron a publicar por lo que no se incumplió ninguna ley.
En declaraciones a ABC, la periodista aseguró que "con esas fotografías me violaron dos veces. Era como si se hubiera mostrado en primera plana", porque además de saber que las fotos estaban moviéndose, recibió amenazas constantes. "Permanentemente decían que se iban a publicar", confesó, desvelando que estaba en tratamiento por ansiedad y estrés y su estado de salud empeoró.
Tanto es así que se marchó a Estados Unidos para "acabar con la persecución" que sufría y tuvo que renunciar a todo: "Tuve que dejar mi país, huir". Según su relato, que haya tal cantidad de fotografías "demuestra" que les siguieron desde el primer día hasta el último. "Que me saquen desnuda en mi habitación me parece lo suficientemente grave", insistió, denunciando la "normalización del acoso" a los personajes públicos: "Es algo enfermizo, tiene que terminar".