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Tamara Falcó alcanza el cénit de su fama de "pija" con una broma de dudoso gusto

Su relación nació, creció, pasó por malos momentos y fructificó retransmitida en tiempo real y monetizada bajo los focos y las cámaras. Pero la marquesa está molesta ¿Qué tendrá la marquesa?

A Tamara Falcó no le gusta que le pregunten por la calle y se compara con un camarero.

Publicado por
Candela Alba

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Después de semanas hablando de una supuesta crisis matrimonial entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva, la marquesa de Griñón reapareció ante las cámaras en la tertulia de El Hormiguero de Pablo Motos y se enfrentó a la polémica. Intentando echarle gracia y naturalidad como suele hacer empezaba asegurando que de ella se escriben noticias falsas todos los días... pero lo que nadie esperaba es que su discurso se fuera truncando a cada palabra.

"Yo tengo noticias de mentiras todos los días" se quejaba Falcó. El primer día que se decidió a hablar públicamente del bulo sobre la crisis con Onieva surgió una duda razonable... ¿por qué no lo hizo antes? Tan sencillo como haber utilizado sus redes sociales como tantas veces ha hecho.

Pero la queja de la hija deiba más allá: "Hay gente que se piensa con derecho para mirar desde la calle con prismático, miran desde la calle con prismáticos" y aseguraba que tenía su casa y la de su madre llena de prensa todos los días...

Sin embargo, la socialité con más fama de pija (lidiando a cara de perro con Carmen Lomana) cambiaba su tono y se comenzaba a reír para asegurar que "a mí lo que me parece fundamental es que me he mudado a un sitio en el que entro con mi coche", riéndose de los reporteros de calle que día tras día están en la puerta de su casa para intentar captar una imagen.

Tamara Falcó saca su vena más elitista para dirigirse a profesionales mucho menos privilegiados

Y entonces Tamara se sacó de la manga una comparación de dudoso gusto entre su propia persona de marquesa de Griñón y la de un empleado corriente de la hostelería; y es que no entiende por qué a ella se le pregunta por la calle ya que "al camarero cuando termina su horario nadie le pide por la calle una ración de calamares".

Ya que estaba aseguró que "los paparazzi no son tan molestos como los que te persiguen diciéndote barbaridades con la alcachofa" y no solo eso, porque con esos profesionales que están en la calle no empatiza, de hecho les anima a que "se dediquen a otra cosita".

La misma que nació entre cámaras, de la que se vio su infancia a través de las portadas de revista, que hizo pública su pedida, posterior ruptura, reconciliación, pedida de mano, boda y luna de miel... La misma, no entiende que sea de interés público y de reclamo popular. Dicen que la semana que viene reaparecerá públicamente para presentar su nueva colección de Pedro del Hierro, ¿querrá a las cámaras para entonces?