El "juego del anillo" de Doña Cristina tras la retirada de escolta a Urdangarin
A estas alturas hasta los más especializados en royals y prensa rosa están desconcertados con la hermana del Rey Felipe, cuyo comportamiento está logrando descolocar a los más espabilados.
Después de más de 20 años de matrimonio y tras muchos meses esperando que llegara el momento de separar legalmente sus vidas, la habrían puesto fin a su matrimonio hace apenas unas semanas en la más estricta intimidad y manteniéndose alejados del foco mediático.
Sin duda alguna, lo más comentado era que el ex deportista tendría que decir adiós a sus escoltas, algo que podría afectar a su vida personal y a su relación con Ainhoa Armentia.
Al margen del divorcio de los exduques de Palma, si algo se ha mantenido presente durante los últimos meses son las muestras de apoyo que ha recibido en su faceta como jugador de balonmano. Durante el último partido celebrado en el Palau D'esports de Granollers, el joven contó con dos personas muy importantes para él entre las gradas: su novia y su madre.
La Infanta Cristina se sentaba junto a Johanna Zott y una conocida. Tuvieron la suerte de poder sentarse justo detrás del banquillo del equipo del joven, donde esperaba para salir a jugar. Durante el partido, utilizaron los palos hinchables para animar al equipo de Pablo, demostrando lo buenas animadoras que son y la buena relación que tienen entre ellas. Se unieron a ellas otro grupo de conocidos de la familia quienes, después de saludarles con dos besos, se sentaban junto a la hermana del Rey Felipe.
El "juego del anillo" de la Infanta Cristina que nadie entiende
El partido andaba muy ajustado y, en un momento en que el público pitaba para mostrar su desacuerdo con lo que ocurría en la pista, Johanna también mostraba su enfado mientras Doña Cristina decía que no con la cabeza, estando de acuerdo con la novia de su hijo. Aunque, sin duda alguna, el momento más sorprendente era cuando la Infanta, sin apartar la vista de la pista, jugaba con su alianza de bodas. Hacía intención de sacarse el anillo del dedo pero, finalmente, lo dejaba de nuevo en su sitio, donde ha permanecido todos estos años.
A pesar de ello, el Fraikin BM Granollers se alzaba con la victoria por tan solo un punto por encima del Helvetia Anaitasuna. Al terminar el partido, Pablo Urdangarin daba un abrazo y un beso rápido a su pareja y después, daba dos besos a su madre. Tras hablar con sus invitados del partido, se despedía de algunos de ellos antes de salir del pabellón.
Como ya es tradición, Pablo se ponía en el asiento del conductor mientras que su madre se colocaba en el asiento del copiloto y Johanna en la parte de atrás del vehículo.