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Joaquín Torres y los pendientes de 1.200.000 euros

En la foto que hoy en exclusiva presenta ESdiario hay un valor en joyas que porta la matriarca que supera los cinco millones de euros. Entre pendientes, collar y un colgante de Cartier

Juaquina Vérez con sus joyas: todas ellas 'faltan'

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Milán. Octubre 2012. Un bar donde se comparten vidas y charlas. El sol se ha escondido. El poco que hay. Un bar cualquiera de la ciudad. Y se produce un robo. Aquella tarde de otoño roban los diamantes más valiosos, que eran propiedad de Joaquina Vérez, madre de Joaquín Torres según ha podido conocer este medio a través del testimonio del arquitecto y marido de Raúl Prieto.

Las joyas de la madre de Joaquín Torres han sido de las más valiosas de este país. Valores impagables para el resto de los mortales. En la foto que hoy en exclusiva presenta ESdiario hay un valor en joyas que porta la matriarca que supera los cinco millones de euros. Entre pendientes, collar y un colgante de Cartier de la colección de 1920. Nada de esto se halla en el domicilio familiar de Juan Torres en Las Encinas, en la exclusiva zona de Pozuelo de Alarcón de la capital española. Los hechos se remontan a hace doce años. Un drama con todos los tintes de serial de Neflitx de seis capítulos. O siete. Todo no está contado. Ha comenzado la historia que es una simbiosis perfecta entre Falcon Crest y Los Farad.

Según cuenta la familia Torres, el hermano menor julio en 2012 decide llevar los pendientes de brillantes a una subasta a Milán. Hay que recordar que tenía poderes absolutos para hacer y deshacer del emporio de los padres. La razón que da a los padres es que esas cantidades de dinero se destinarían para el mantenimiento y manutención de la casa familiar. Y llevar una vida más cómoda. Curiosamente, los pendientes de brillantes de Joaquina valorados en 1.2 millones de euros (600.000 cada uno) nunca fueron subastados porque se los robaron a Julio en un bar en Milán. Cuenta la leyenda o la historia según se mire.

Es lo que contó Julio al resto de la familia. La madre de Joaquín Torres nunca olvidó este capítulo ni tampoco la cantidad de joyas que desaparecieron de su casa en un corto plazo de tiempo. Joaquina nunca pudo verbalizar estos hechos porque sentía vergüenza. De la ajena. Otras cosas las pudo perdonar. Con el tema de las joyas se fue al otro mundo sin poderlo olvidar. Joaquina Vérez quería que parte de sus alhajas fueran para su hija Mayte y las hijas de ésta, sus dos nietas por las que Vérez sentía verdadera adoración. Fueron las nietas que más tiempo pasaron con la abuela Joaquina.

La intención del destinatario de joyas nada tuvo que ver con la realidad. No pudo ser. Algunas fueron robadas en Milán y otras desaparecidas de la casa familiar. El broche de Cartier de 1920 y el collar de diamantes tampoco se encuentran entre las pertenencias de la fallecida madre de Torres. De este asunto no hay demanda porque así lo dispuso la mujer de Juan Torres.