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Unas sospechas de Pilar Eyre arruinan la felicidad de los Reyes Felipe y Letizia

La veterana cronista experta en las Casas Reales cuenta cómo se ha experimentado un cambio de comportamiento de nuestros Monarcas. Algo que sería para bien si no fuera porque….

Los Reyes en el acto de la Policía Nacional el pasado 8 de mayo, FOTO: Casa Real.

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Pilar Eyre ha vuelto a generar polémica en torno a la Casa Real. En La Zarzuela se siguen con atención las publicaciones en su blog de la revista Lecturas, No es por maldad (¿quién lo diría?) realiza y que tienen casi siempre como protagonistas a los miembros de la Familia Real.

Tal y como ha constatado ESdiario, su entrada de esta semana tiene un título bastante favorable para los Reyes, pero pronto arruina lo que sería una buena noticia para Palacio. Y es que Eyre encabeza su artículo con un bonito y optimista titular: “Letizia y Felipe vuelven a sonreír”.

Pero pronto matiza. La crónica de la también escritora hace referencia al acto del 40 aniversario de Jura de Bandera del entonces jovencísimo Príncipe Felipe en la Academia Militar General de Zaragoza, donde ahora se forma su hija la Princesa Lenor, y destaca que “las sonrisas se dieron precisamente entre Letizia y Felipe, contrastando con la fría relación que han mantenido en público estos últimos meses”.

Una de cal y otra de arena: sonrisas actuales pero Pilar Eyre aprovecha para destacar que han podido atravesar una crisis en su relación y nada más y nada menos que durante “meses”.

Y, antes de contar la complicidad con la que se trataron en su último acto público conjunto, la periodista catalana tiene sus dudas sobre si es real o responde a una nueva estrategia:

“No sabemos si es que han decidido enterrar sus diferencias o si ha sido un consejo del nuevo jefe de la Casa, pero se les notaba una complicidad y una cercanía propia de los primeros tiempos de su matrimonio”.

Y ahora sí relata el buen momento personal de nuestros Reyes:

“La reina reía y miraba a su marido con ojos embelesados, parpadeaba incluso con un ligero coqueteo. El Rey enseñaba también los dientes en una rápida sonrisa que apenas se vislumbraba a través de su espesa barba, y a veces tenía los ojos brillantes”.

El envejecido Rey Felipe VI

Y, de nuevo en su blog, Eyre daba jabón para Doña Letizia y palo a Don Felipe. De ella cuenta que “iba sobria, con un traje pantalón de color azul cielo, top negro y zapato “casi” plano, como los adictos al tabaco que se van quitando poco a poco hasta que al final dejan de fumar. Creo que ha ganado un poco de peso en estas semanas de semi descanso después de su accidentado viaje a Holanda. Mostraba un rostro luminoso y limpio de arrugas, aunque también pudiera ser que se hubiera sometido a un tratamiento a base de plasma que, según se dice, se realiza cada seis meses. En fin, estaba guapa, rejuvenecida y muy natural”.

Pero no salen buenas palabras para Felipe VI, o al menos para su aspecto: “A Felipe, sin embargo, se le veía envejecido, parecía el padre de su mujer. La barba tan blanca le hace mayor, tiene arrugas pronunciadas y le falta esa ligereza al caminar que es patrimonio de la juventud. Está claro que era un acto castrense que requería porte marcial, pero no se apeba de su envaramiento ni en los momentos de descanso, cuando posó con su hija, por ejemplo. La guapísima dama cadete Leonor, con una disciplina admirable, se mantuvo durante toda la ceremonia con la mirada al frente, al lado de sus compañeros”.

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