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Destapan el caso más turbio: pistola en mano en plena boda de Felipe y Letizia

El 20 aniversario de la boda de nuestros Reyes ha resucitado asuntos no tan conocidos y que desde luego fueron importantes. Cobra protagonismo el coronel Amadeo Martínez Inglés.

Uno de los posados en la Boda Real hace ahora 20 años.

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Este 22 de mayo se cumplen 20 años de la boda de los entonces Príncipes de Asturias y ahora Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia. Durante estos días han sido muchos los medios de comunicación que han dedicado espacio a recordar ese histórico día para los españoles y la salud de nuestra monarquía.

Se han comentado detalles de la ceremonia, de la emoción de los ahora Reyes y los hoy Eméritos, del banquete, los looks y presencia de invitados y anécdotas que marcaron esa lluviosa mañana en Madrid que empañó la primera parte del día.

Aunque en su momento trató de no darse importancia al asunto, lo cierto es que hubo un grandísimo fallo de seguridad provocado paradójicamente por alguien que quería demostrar que nuestras personalidades del Estado, dirigentes o mandatarios mundiales no estaban del todo a salvo ese día…

Era El País el que publicaba la noticia sólo dos días después del enlace, el 24 de mayo de 2004 porque el protagonista de la misma, el coronel Amadeo Martínez Inglés confesaba él mismo su allanamiento.

Amadeo Martínez Inglés denunció que consiguió acceder a la Catedral de La Almudena, ataviado con su uniforme de gala de coronel del Ejército de Tierra, sin invitación y sin que nadie le exigiera identificarse. Según su testimonio, llevaba oculto bajo la guerrera un revólver Astra del calibre 22.

Felipe, Letizia y todos... en riesgo

Según su relato, a las 10.05 salió caminando del Hotel Ópera de Madrid, donde se alojó los tres últimos días, y recorrió los 500 metros que le separaban de la Almudena. Para llegar al templo tuvo que superar, asegura, seis controles de la Policía Nacional, cuyos agentes le franquearon el paso sin pedirle que se identificara ni registrarle.

A las 10.14, accedió al templo por la entrada lateral de la calle de Bailén, desierta en ese momento. Ya en su interior circuló por la zona del presbiterio, se acercó a los bancos reservados a las Casas Realesextranjeras y recorrió la nave central antes de que se le acercara un oficial de la Guardia Real, quien le preguntó por el asiento que tenía reservado.

Martínez Iglés, expulsado con la pistola en la cintura

Finalmente, tras confesar que carecía de invitación para asistir a la boda de Felipe y Letizia, un superior del citado oficial le instó, cortés pero enérgicamente, a abandonar el recinto.

Martínez Inglés fue acompañado a la salida, pero ya en el exterior se le dejó marchar y volvió a cruzar los controles policiales hasta llegar a su hotel hacia las 10.45. El coronel iba ataviado con uniforme de gala del Ejército de Tierra (aunque no de etiqueta, como era preceptivo) camisa blanca, corbata negra, condecoraciones y la faja azul de oficial de Estado Mayor.

Según afirmó, en el cinturón del pantalón, oculto bajo la guerrera, llevaba un revólver marca Astra calibre 22, que utiliza para su defensa personal. Ese día, a diferencia del resto de invitados, no tuvo que pasar bajo ningún arco detector de metales.

El ex coronel no es ahora alguien desconocido. Es autor de libros con temas polémicos como el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, aunque su obra más es Juan Carlos I: el último Borbón, un relato de la vida del monarca, publicado en el año 2008 y convertido en solo dos meses en un auténtico bestseller. Actualmente, Amadeo Martínez Inglés tiene 88 años.

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