Carlo Costanzia “arrastra” a Alejandra Rubio y le deja un solo camino para sobrevivir

“Me están ofreciendo de todo. No voy a vivir de vender exclusivas y Carlo tampoco”. La profecía autocumplida. Esta semana a la hija de Terelu Campos se le llenaba la boca con esta frase lapidaria. No era creíble. El poco tiempo transcurrido le ha quitado la razón. El padre de su hijo se sienta en el programa De viernes presentado por Santi Acosta y Bea Archidona para comentar la actualidad de la semana, su novia y el embarazo. Y las vacaciones en el mar.

La nieta menor de Teresa Campos se ha cubierto de gloria esta semana. En todos los sentidos. Por un lado su papel de mentirosa. Por otro, el de niña soberbia que arremete contra la prensa y la sociedad sin mirarse al ombligo. Alejandra Rubio ha escrito con sus intervenciones esta semana su semblanza más perfecta. Y no dejado lugar a la duda. La entrevista concedida a la periodista Pilar Vidal es conglomerado de incoherencias, incongruencias, irrealidades y mucha dosis de soberbia. La sobrina de Carmen Borrego habla de una sociedad podrida al referirse al mundo al que llegará su hijo. Razón lleva por quien lo ha engendrado. La sociedad en general no lleva pulsera telemática. En general. Todos no pueden decir lo mismo. Podrida de dinero querría decir la “pobre niña rica”.

Tan sólo 10 días después de vender la exclusiva del embarazado en la revista Hola, el futuro padre se sienta de nuevo en el programa De Viernes. Y con el morbo garantizado. De entrevistadora se hallará la suegra, Terelu Campos. La futura abuela tendrá que hacer el oficio de periodista. Según la trayectoria de lo que ha contado, narrado y comentado la que un día presentará Con T de Tarde en Telemadrid volverá a utilizar la estrategia de la justificación de su hija. Y el comodín de que es una niña. Pues con 23 años ya tiene el currículum de una persona de casi 40. Entre embarazos y negocios crematísticos con la prensa con un menor aún no nacido.

Alejandra Rubio solo tiene un camino

Alejandra Rubio tan sólo tiene un camino. Reconocer que se ha equivocado con sus palabras. Con sus reacciones. Con sus disparos. Con sus imputaciones a la prensa y a la sociedad. El tiempo le dirá si también se ha confundido al elegir al padre de su hijo. Eso tan sólo tiene la respuesta el transcurso del tiempo. Quizás se han encontrado el uno con la otra porque es la horma de su zapato. De prepotencia van los dos bien servidos.