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La empresaria que sudó el delantal: así era Caritina Goyanes detrás de los focos y los objetivos

Pudo ejercer de “hija de” y pasear sus apellidos por la beautiful people marbellí y madrileña. No le hizo falta.

Caritina Goyanes, la

Caritina Goyanes, la "hija de" que no necesitó echar mano de los apellidos.FOTO: GTRES

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El fallecimiento de la hija de Cari Lapique es el mazazo más fuerte y sonoro que puede recibir una familia. Caritina deja a dos hijos, un marido, una madre y una hermana. Y amigos que hoy lloran desconsoladamente su pérdida. Nuria González, Maribel Yébenes e Inés Domecq están rotas de dolor. Sin consuelo. Caritina Goyanes deja una huella imposible de borrar. La tarde del lunes se apagaba para siempre su sonrisa a los 46 años tan sólo 19 días después del fallecimiento de su padre y 24 horas tras la muerte de su tío, Tito Goyanes. La sombra del ciprés a veces es demasiado alargada.

Caritina estudia Derecho. Comienza en un despacho de abogados tras especializarse con dos másters. Promesa cumplida a sus padres. Ella tenía claro que quería montar una empresa de catering. Y también lo cumplió. Y triunfó en este mercado. Y ella a pie de cañón. 

Caritina Goyanes, la empresaria que pagaba por encima del convenio laboral

No era la empresaria típica que ordena al tiempo que luce vestido largo y moño de peluquería recién realizado. Lo contrario. Era la primera que estaba en el evento con su ropa de trabajo y su delantal muy bien puesto. Al finalizar la jornada de trabajo, se reunía con sus trabajadores y charlaban. Empresaria que pagaba por encima del convenio laboral. Y con propinas considerables. Contrató a hijos de amigas para que pudieran sacarse unos euros para sus necesidades en edad estudiantil.

La hija de Carlos Goyanes aún llevaba el susto en el cuerpo desde el pasado 7 de agosto cuando halló a su padre muerto en la casa de veraneo de Guadalmina, Marbella. Fue quien tuvo que dar la noticia al resto de la familia. Caritina era el ojo derecho de su padre. La misma sonrisa y forma de ser. Campechanos que sabían desenvolverse en cualquier círculo. Estos últimos día buscaba consuelo en su religión, la católica, del porqué de la perdida de su progenitor. El último día que fue a misa, este domingo, se sintió mareada. No le dio mayor importancia y lo achacó a las altas temperaturas malagueñas. Quizás, la dama del alma como escribiera Alejandro Casona empezaba a rondar su puerta.

Conmoción en Marbella

El último día que Caritina Goyanes fue a misa, este domingo, se sintió mareada pero lo achacó a las altas temperaturas malagueñas.

Caritina Goyanes pudo ejercer de “hija de” y pasear sus apellidos por la beautiful people marbellí y madrileña. No le hizo falta. Quiso hacer más grandes sus apellidos y no vivir de ellos. Su pasión era su trabajo y sus dos hijos Pedrito y miniCari (como la llamaba familiarmente). Este lunes a las 14 horas su marido Antonio Matos la trasladó con mucha celeridad al hospital de Estepona. Algo grave le sucedía a su mujer. No pudo ser. Su pulso se había apagado. La despiden en el tanatorio De San Pedro de Alcántara. A mediados de septiembre tendrá lugar la despedida en Madrid con una misa funeral en memoria de Caritina Goyanes y su padre Carlos.

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