Daniel Sancho: cadena perpetua a cumplir en el espeluznante infierno de Bang Kwang

El juez ha dado por buenas todas las tesis de la acusación policial y de la Fiscalía y Daniel Sancho ha sido condenado a la cadena perpetua. Todo por el asesinato premeditado y posterior descuartizamiento de quien fuera su amante, Edwin Arrieta.

También le condena a pagar una indemnización de 107.000 euros, bastante por debajo de lo que solicitaba la familia de la víctima. Las primeras reacciones por parte de los abogados del cirujano colombiano han sido positivas: "Estamos muy satisfechos porque se ha demostrado el asesinato premeditado", ha dicho Juan Gonzalo Ospina.

Faltaba un minuto para las 10 de la mañana hora local de Tailandia (las 4:59 de la mañana hora española) cuando Rodolfo Sancho llegaba al Tribunal Provincial de Samui, acompañado del abogado tailandés de Daniel. 

Por su parte, Silvia Bronchalo lo hacía 8 minutos después.

Daniel podría pasar toda su vida en prisión, a la espera de una extradición a España. Toca ahora negociar y quedar a la espera del recurso interpuesto por la defensa del joven, encabezada por el equipo de Carmen Balfagón y Marcos García Montes, un recurso que tendrá que decidirse en un mes.

El juez respalda así la premeditación del asesinato. Paisan Sangthep, coronel jefe de la Comisaría Koh Phangan y jefe de la investigación, ya dijo que las pruebas eran contundentes de que Sancho "lo preparó todo". "Creemos que Daniel mató a Edwin porque tenemos múltiples pruebas como las cámaras, el ADN y testigos personales. Creemos que Daniel fue quien cometió el asesinato porque era única persona y la última que estaba con Edwin".

Entre las distintas pruebas, y que han corroborado en la sentencia, a las que se refiere el coronel se sitúa la compra de los cuchillos, bolsas, sierras y estropajos. También el jefe de la comisaría de Koh Phangan, Panya Niratimanon J., aseguraba en el juicio que no fue una muerte imprevista. "La fractura del cráneo de Edwin Arrieta no fue un accidente. Fue Daniel Sancho quien cogió su cabeza y la golpeó con fuerza contra el lavabo", señala en el citado medio. En esta línea, las autoridades tailandesas han señalado que la planificación de un crimen tiene graves consecuencias.

El destino carcelario de Daniel Sancho

Con condena a Daniel, lo que preocupa ahora es el destino del joven durante los próximos años. El paraíso de la prisión de Koh Samui, prisión en la que ha residido el último año en el módulo de enfermería apartado del resto de los presos, se ha acabado.

Fuentes jurídicas tailandesas consultadas por ESdiario aseguran que al 99% de posibilidades, el hijo de Rodolfo Sancho será trasladado a una prisión de Bangkok por “norma”. Allí hay corredor de la muerte y es donde obligatoriamente tienen que ser trasladados presos condenados en firme por delitos de máxima gravedad.

Se trata de la prisión de Bang Kwang, también conocida como El Hilton, una de las prisiones más problemáticas y peligrosas de Tailandia. En su interior hay varias bandas y se producen peleas y agresiones diarias entre los presos,. Se estima que hay un 300% más de ocupación de lo que debería en los centros penitenciarios del país, lo que hace que los presos vivan en condiciones infrahumanas.

El Hilton tiene capacidad para 3.500 convictos y actualmente aloja a más de 8.000. En cada una de las pequeñas celdas conviven entre 50 y 60 personas, cuando la capacidad real es de 25. Algunos ex convictos que estuvieron en Bang Kwang cuentan que es muy difícil dormir, no solo por el hacinamiento, sino por la potente luz que se queda encendida toda la noche, el insoportable calor y humedad.

Además hay otro factor que obliga al traslado de Daniel al “infierno en al tierra” de esa cárcel en Bangkok: motivos diplomáticos ya que en la capital de Tailandia se encuentran todas las sedes consulares y Sancho debe contar con este respaldo legal a pocos kilómetros de donde permanecerá encarcelado.

Las condiciones de estas prisiones no tienen nada que ver a lo que ha vivido el condenado por asesinar a Edwin Arrieta. Vivirá hacinado, rodeado de asesinos y en unas condiciones de higiene y salubridad nada recomendables. Los derechos humanos en ese tipo de prisiones brillan por su ausencia.

Ahora queda el consuelo del recurso, con nulas posibilidades de prosperar, y confiar en las habilidades y buen hacer consulares y diplomáticas para que el hijo de Silvia Bronchalo y del conocido actor pase los menos años posibles encarcelado en Tailandia.