ESdiario

Sale a la luz el motivo que obligó a Caritina Goyanes a refugiarse en la fe

El repentino fallecimiento de la hija de Cari Lapique ha dejado muchas dudas sobre el fututo de su familia, que, ahora más que nunca intenta encontrar una respuesta a lo ocurrido.

La mayor de las Goyanes ha fallecido de forma repentina a los 46 años

La mayor de las Goyanes ha fallecido de forma repentina a los 46 años©KORPA

Publicado por
Sara Conde

Creado:

Actualizado:

La familia de Caritina Goyanes aún no consigue asimilar la horrible pérdida que ha supuesto para todos ellos su muerte y la de su padre, Carlos Goyanes, con apenas tres semanas de diferencia. El pasado 26 de agosto la empresaria fallecía de un infarto, dejando huérfanos a dos hijos. 

Aunque su hermana, Carla Goyanes era la más mediática de las dos, era común ver a ambas compartir su tiempo junto a Cari Lapique en diversos eventos sociales, aunque Caritina era una mujer más discreta y de la que poco se conocía, aunque, con su muerte ha llamado especialmente la atención su enorme fe, algo que parece haberle ayudado a superar uno de sus peores momentos.

Algo de lo que hablaba abiertamente

El funeral de Goyanes tuvo lugar en la comunidad de Madrid, donde se encontraba la periodista Paloma García-Pelayo, que contó en Y ahora Sonsoles: "la misa, oficiada por un sacerdote cercano a la familia, ha estado marcada por el espíritu de Emaús, un movimiento religioso en el que Caritina había encontrado fe en los últimos años".

Pero no sólo eso, es que Paloma también hizo hincapié en la importancia que tuvo el espíritu de Emaús en su vida, como algo que consiguió darle fuerzas para superar uno de sus peores momentos, un gran bache que estuvo cerca de costarle su matrimonio, tal y como aseguran desde Vanitatis.

Goyanes confesó en una entrevista que llegó a un punto en su vida en el que, aunque todo era perfecto, cada vez le superaban más sus propios temores: "Me casé, tuve dos niños. Todo era perfecto y me entró miedo de que alguna de esas patas que estaban perfectas me fallara. No dejaba a mis hijos hacer absolutamente nada y ese miedo se convirtió en ansiedad. Mi marido era el que siempre pagaba el pato porque al final yo estaba siempre con un humor horrible. Me di cuenta de que algo me pasaba y de que tenía que poner freno", confesaba con orgullo, al haber encontrado su camino.

tracking