Kiko Hernández en el disparadero: graves acusaciones por el trato a su perrita galgo

Después de su descanso estival, y tras mucha promoción en redes, este lunes volvió a la parrilla vespertina de TEN el Ni que Fuéramos Shhh llamado a sustituir Sálvame tras el cerrojazo en Telecinco del mítico magacín de corazón. Claro que si esta vez hubo un protagonista no fue ni Belén Esteban, ni María Patiño, ni siquiera Kiko Matamoros y Víctor Sandoval que han anunciado que fumarán la pipa de la paz tras su grave encontronazo de antes del verano...

El protagonista indiscutible del regreso del programa fue Kiko Hernández por su enfrentamiento con Sofía Suescun que derivó en un feo asunto en el que hasta se le ha llegado a acusar de maltrato animal. 

Hernández regresó de vacaciones abordando uno de los conflictos más polémicos del verano: la disputa entre Sofía Suescun y su madre, Maite Galdeano. Y ya puestos decidió hacer público un reproche que recibió de la influencer a raíz de su mudanza a Melilla, que le impidió llevar consigo a todos sus perros, dejando a su galga en acogida con otra persona. Cuando se enteró Suescun no dudó en arremeter contra él: "Qué poca vergüenza tienes por abandonar a los animales. Eres un desgraciado. Eso no se hace. A ver si lo cuento en la tele", le habría espetado la influencer, según la versión de Hernández, quien molesto por las acusaciones bloqueó a Sofía en Instagram y hasta le vetó la entrada a su teatro.

Para terminar Kiko Hernández se dirigió directamente a la novia de Kiko Jiménez para darle donde más le duele: "Yo no abandono. La que ha abandonado a tu madre eres tú".

Algo que ha abierto un nuevo melón en redes sociales en el que incluso se acusa al televisivo de maltrato animal. Se trata de un hilo en X en el que se cuestiona la versión de Hernández sobre el testimonio de su galga. 

Un usuario tuitero muestra mensajes de la chica que acogió a la perra de Kiko Hernández y que no le dejarían en muy buen lugar. Se asegura que después de tres años con él, la mascota volvería sin castras, "en los huesos", "con heridas por el cuerpo", y un "miedo atroz". Se asegura que en tres años no se sacó a la perra a pasear y estuvo siempre en el jardín como una "esfinge egipcia de adorno".