La indignación de Bárbara Rey ante la sustracción de fotos del Emérito solo le deja 2 salidas

La vedette de Totana ha enviado un comunicado a los medios de comunicación para evitar que se sigan emitiendo las fotografías del Rey Juan Carlos en actitud más que cariñosa con ella hace más de treinta años. En su casa. En su terraza. Y según Ángel Cristo Jr., fue ordenado por su madre para que su hijo menor hiciese las fotografías de aquellos besos entre el monarca y la murciana. Tres décadas después, y tras muchas insinuaciones directas e indirectas, el documento ha salido a la luz. En un medio internacional. En la revista holandesa Privé. Repercusión internacional.

El secreto mejor guardado y a la vez aireado de Bárbara Rey y el padre del Rey Felipe VI se hace público. Paellas no se han visto. Se observan besos en la boca y con la perspectiva de ser muy bien cazados. Ángel Cristo ya había asegurado que las fotografías habían sido encargadas por su madre para que se realizasen. El tema tiene su enjundia desde un punto de vista del Ministerio Público, Fiscalía. Quien realizó las fotos era un menor e hijo. Madre con amante. Afirmación que ha vertido el propio hijo del domador de leones. El tiempo ha pasado. Y hace 24 horas ya conocíamos la verdad confirmada al cien por cien. Con poca necesidad informativa. Ya se sabía. El documento gráfico corrobora lo que se había escuchado entre bambalinas por una parte de los protagonistas. Lo habían hecho llegar a medios de comunicación y no era Casa Real. Años de insinuación. Muchos.

La decisión que solo puede tomar Bárbara Rey

Bárbara Rey tiene una opción si tan ofendida se halla. Puede emprender un proceso penal por sustracción de fotos de su morada. Ella aseguró que le habían robado en su casa. Parece ser que no fue todo. Algo se guardó. Y también cabe la posibilidad de emprender un proceso civil por intromisión a su intimidad de la publicación de unas fotografías donde quien vende las instantáneas no es ninguno de los protagonistas. 

El que vende, presuntamente, es un hijo de uno de los fotografiados. Dos jurisdicciones en su haber. Otra cosa es que el caudal económico se hará más grande a corto plazo con las repuestas mediáticas y no con asuntos judiciales. La justicia y con pruebas tiene un tiempo mayor. Una decisión propia que tan sólo puede mover la propia Bárbara Rey.

¿Habrá demanda (proceso civil) o querella (asunto penal) por parte de la actriz hacia su hijo? O este asunto será resuelto en platós de televisión y todo quedará repartido, en lo que a pasta se refiere, entre la misma saga. El burofax no es más que una declaración de intenciones que no tiene más recorrido si no se ejecuta el siguiente paso. Un bien queda.

El tiempo resolverá dudas. De momento, quienes conocieron aquella historia, ya pagada y muy bien pagada, están estupefactos. Los herederos conocen lo que hizo el padre a favor de la Casa Real. Y no era el domador y la vedette. Fue Sabino Fernández Campo. Algunos de los que podrían contar la verdad ya no están. Uno fue él, jefe de la Casa de S.M el Rey, hombre que medió con Bárbara para paralizar lo que a un Monarca se le fue de las manos y de las hormonas más sexuales.