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Una trágica muerte golpea y destroza a Bertín Osborne: “él me salvó la vida”

El cantante ha mostrado su enorme dolor por el fallecimiento de una persona muy especial para él. Parece que no levante cabeza en los últimos tiempos

Bertín Osborne, este pasado 4 de octubre.

Bertín Osborne, este pasado 4 de octubre.GTRES

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Bertín Osborne lleva unos meses que si pudiera los borraría del calendario. A su polémica paternidad con Gabriela Guillén se unía una mala racha profesional que empeoraba aún más con los problemas de salud que ha atravesado el cantante en los últimos tiempos.

Ahora, cuando parecía que poco a poco se iba recuperando en lo personal, resulta que una noticia ha golpeado dura y trágicamente a Bertín: el fallecimiento de un amigo que era algo más que un hermano.

El también presentador de televisión está destrozado al tener que decirle adiós a uno de sus incondicionales, Ignacio Arizon, que perdía la vida este fin de semana a los 73 años. Bertín Osborne tenía estos días agendadas celebraciones, como era la boda de Costanza Villar Mir, a la que estaba invitado. Sí fue a la preboda del viernes, pero causó baja en la gran ceremonia del sábado, pues se le esperaba en el tanatorio.

Tal y como cuenta La Razón, después de presentar sus respetos a la familia, dar las condolencias y arroparles en tan duro momento, Osborne ha considerado necesario rendirle homenaje como se merece, tratando de hacer entender al mundo quién era para él Ignacio, pues más que un amigo, uno de los mejores, realmente siempre le ha tenido en su corazón como “el hermano que nunca tuve”. 

Una larga amistad y el drama de Bertín Osborne

Bertín Osborne e Ignacio Arizon son íntimos desde la adolescencia. Han sido testigos de sus buenos y malos momentos a lo largo de seis décadas y ahora se lamenta que no le hiciese caso después de toda una vida insistiéndole: “El tabaco me ha robado a mi mejor amigo”, reconoce a ‘El diario de Sevilla”, donde ha querido plasmar su particular homenaje: “55 años después ha muerto sin poder hacerlo”. Incluso ha recordado cómo cuando salían a navegar por alta mar le tiraba la cajetilla de tabaco por la borda para evitar que fumase durante la travesía. Ni con esas le hizo entrar en razón, aunque siempre le juró que lo haría. Ahora no es capaz de asimilar aún su pérdida y reconoce que le parece “mentira” estar escribiendo esas palabras. También siente en sus adentros cierto “enfado” e “indignación” contra “un ladrón que nos ha robado a todos, tantas veces, la vida de la gente que queremos”, expresa en referencia a la enfermedad que le ha dejado desolado al llevarse a su amigo. A ese a quien consideraba “el ejemplo más genuino de la palabra bueno”.

De hecho, Bertín Osborne no le debe a Ignacio Arizon solo una amistad que ha perdurado en el tiempo hasta el final. También le agradece que le haya salvado la vida cuando hacían submarinismo y se quedó atorado en el fondo. También recuerda esas jornadas de caza, momentos únicos junto a él o cómo incluso le dejó un coche con el depósito lleno el día de su boda para dejarle la opción de huir: “Tenemos tantas anécdotas juntos que se podrían escribir dos libros”. Y es que ha sido toda una vida juntos, siendo fieles escuderos, hasta el punto de estrechar lazos invisibles: “Era mi hermano, incluso más que eso”

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