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Lo del Emérito y Bárbara Rey afecta a una estrella del fútbol y toma medidas drásticas

La casa de Boadilla del Monte se ha convertido en una de las más mediáticas de España y eso ha espantado a sus actuales inquilinos

Barbara Rey, este 2 de octubre en Madrid.

Barbara Rey, este 2 de octubre en Madrid.GTRES

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Las fotografías del Rey Juan Carlos en la casa de Bárbara Rey de Boadilla del Monte ha supuesto un tsunami personal para los protagonistas. Se habla mucho de la tercera en discordia, la Reina Sofía, así como de los hijos de ambos y de otros colaterales. Pero hay un afectado inesperado de la polémica filtración a la revista neerlandesa Privé por parte de Ángel Cristo Jr: el futbolista del Atlético del Madrid, Julián Álvarez. Las comodidades que le ofrecía el ahora archiconocido chalé adosado de 475 metros cuadrados no han sido suficiente aliciente para continuar viviendo ahí. Creía que esta propiedad que descansa en una parcela de 700 metros cuadrados le ofrecería una vida tranquila, alejada de miradas indiscretas. No ha sido así.

Cuenta La Razón que sin embargo, de la noche a la mañana, ha visto cómo su apacible estancia se ha visto perturbada por la constante presencia de cámaras en su misma puerta, con sus objetivos apuntando a sus muros. Estaba de alquiler, así que ha tomado la pronta decisión de recoger sus pertenencias, dar por finalizado su contrato de arrendamiento y comenzar en un nuevo emplazamiento, como así aseguran en Informalia. No se siente cómodo al tener que convivir con cámaras de televisión, fotógrafos y reporteros, no solo de nuestro país, sino también de más allá de nuestras fronteras.

Bárbara Rey: escándalo internacional

El escándalo ha sido internacional y la cobertura muy amplia, llegándose a desplazar hasta el lugar de los hechos el propio Ángel Cristo. Volvió a la casa en la que vivió junto a su madre y su hermana Sofía hasta que marcharon a Marbella. Recorrió sus límites y cámara en mano, escenificó cómo captó las fotografías de la polémica, sin caer en la cuenta que el futbolista pudiese sentirse incómodo al ver el objetivo apuntar directamente su intimidad.

Con ello, Julián Álvarez y su mujer, Emilia Ferrero, han querido atajar con el problema y no han esperado a que pasase el revuelo y se dispersase la prensa. Han optado por una medida drástica, pues cabe señalar la inseguridad que podrían sentir ahora que todo el planeta sabe con exactitud dónde vive. Una posible llamada a amigos de lo ajeno o a fans del futbolista que echen por tierra su deseo de alejarse de miradas ajenas y la atención mediática. Todo esto teniendo en cuenta que alquilaron esta residencia como medida temporal, a la espera de poder estrenar el que será su hogar, emplazado a pocos kilómetros de la actual, como así detallan desde el citado portal. Ahora bien, lo que no se sabe con exactitud si la mudanza, que ya ha comenzado, estaba prevista con anterioridad para estas fechas o el revuelo generado es el que ha precipitado sus planes.

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