Un año sin Álvaro Prieto: muchas y graves incógnitas por resolver
El joven jugador del Córdoba CF fallecía en circunstancias muy raras y su cuerpo se encontró gracias a la emisión en directo de unas imágenes en La 1. Hay muchas dudas un año después
Era el puente del Día de la Hispanidad y el joven y querido jugador de fútbol se trasladaba desde su Córdoba a Sevilla para pasar el día y la noche de fiesta con un grupo de amigos. Álvaro Prieto, conocido juvenil del Córdoba CF, no iba a regresar a casa.
La estación sevillana de Santa Justa se convertía en su tumba. Allí le perdieron la pista el 12 de octubre de 2023 tras acudir a la estación donde le esperaba un tren de regreso a Córdoba. Un tren al que nunca subió Álvaro por culpa de la batería de su teléfono móvil y de no lleva dinero en efectivo.
Tal y como les contábamos esos días en ESdiario, su entonces desaparición se convirtió en un caso muy mediático, con muchas versiones y especulaciones sobre el porqué de su desaparición. Una relevancia que se multiplicó cuando desgraciadamente aparecía su cuerpo entre dos vagones de un tren estacionado. El cuerpo además aparecía en pleno directo de un programa matinal de La 1 de TVE, Mañaeros, entonces presentado por Jaime Cantizano.
El joven yacía entre dos vagones de un convoy estacionado durante días a pesar de que las autoridades habían registrado la zona. Según la jueza Cristina Loma del Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla, encargada por reparto del caso, Álvaro Prieto murió a causa de una electrocución y en enero de este mismo año se archivó el caso. Las autoridades señalaron que "no existen indicios de la comisión de ilícito penal alguno" ni de la intervención "imprudente o intencionada".
Pero, un año después, todavía quedan muchas incógnitas por resolver de un caso que está oficialmente cerrado.
Álvaro Prieto: las dudas un año después
Tal y como destaca Lecturas en una publicación, quienes son conocedores del caso todavía se preguntan ¿cómo pudo Álvaro caer en un hueco tan pequeño tras sufrir la descarga?.
Y es que según varios técnicos que trabajan en la estación, el cuerpo del chico debería haber caído al suelo tras sufrir la descarga y no en un espacio tan reducido como es el que existe entre dos vagones de un convoy. Otra de las principales cuestiones que muchos se preguntan es cómo pudo el joven colarse en las vías del tren sin ser visto ni interceptado por ningún trabajador. Tampoco fue localizado por ningún empleado en cuatro días. De hecho, la propia compañía ADIF señaló que era extraño que nadie se percatara de la presencia de un cadáver allí.
Más allá de las dudas que ponen en entredicho la búsqueda del joven, una importante cuestión sobre las decisiones del propio Álvaro Prieto todavía no ha sido resuelta. ¿Por qué decidió el joven subirse a lo alto de un convoy averiado? Es evidente que Álvaro debía subir al segundo tren de regreso a Córdoba, por lo que nadie termina de comprender qué hacía en un convoy estacionado.
Según ADIF, no se puede viajar entre dos vagones de un tren. De hecho, es una temeridad casi imposible. “No hay habitáculo para que nadie pueda ocultarse para viajar, es una zona de fuelle”, sostiene la empresa. Los expertos señalan que la decisión más inteligente en su situación era pedir ayuda en atención al cliente o en su lugar a las autoridades. No obstante, nunca lo hizo. Es muy llamativo que tomara la peligrosa decisión de aventurarse a las vías de un tren, concluye la citada revista.
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