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El hombre que protegió con garras a Paz Padilla muere de manera repentina

La presentadora vuelve a enfrentarse a un dolorosísima prueba que la vida se ha empeñado en ponerle cuando parecía que ya empezaba a levantar cabeza tras tantos varapalos seguidos.

Luis Padilla, a la izquierda, salió con su hermana Paz en el programa de Bertín Osborne.

Luis Padilla, a la derecha, salió con su hermana Paz en el programa de Bertín Osborne.

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La cómica gaditana Paz Padilla recibe un duro golpe. Otro más. Primero fue su madre en febrero de 2020. Cincos meses después, un 18 de julio tras una dura enfermedad, el fallecimiento de su marido Antonio Vidal y este domingo su hermano Luis. Con él compartió días de trabajo en negocios que emprendieron de la mano y muchos días de fiesta. Parecidos en la forma de ver la vida. Disfrutones. Divertidos. Y muy hermanos. Los más golfos de la diversión.

Paz Padilla ha sido una Lola Flores de otra época. Un pavo real que alzaba su plumas como paraguas para que todos sus hermanos se refugiasen en su regazo en días donde pudo hallarse el frío. Mujer solidaria con los suyos. Protección cuando tuvo la posibilidad. Así fue Paz con sus seis hermanos. El día que fallece doña Lola, madre de la presentadora y actriz, ella tenía un único objetivo. Y era muy de corazón. Los hermanos debían permanecer unidos de por vida porque así se lo han inculcado la madre en tiempos donde compartir fue engrandecer el concepto extenso de la familia. Poco había y de lo demás abundaba. Mucha felicidad en Noche de Reyes donde se hacía la magia.

El chiringuito de Luis Padilla, hermano de Paz, en Zahara de los Atunes

Luis era el propietario de un chiringuito en Zahara de los Atunes (Cádiz) donde se encontraba trabajando cuando la muerte repentina llegó a su vida. Un chiringuito que fue idea de Paz. Así lo hizo. De la misma manera que montó en Villaciosa de Odón (Madrid) un lugar de gastronomía gaditana y mucho baile y risas. Bodegueros, médicos y artistas entre la gente que se reunía al son de Padilla aquellos recordados jueves noche de 2018 y 2019. La propietaria era el alma de la fiesta, incansable y trabajadora. Padilla hacía de camarera, bailarina y lo que hiciese falta. Este negocio era su propiedad y lo regentaba uno de sus sobrinos. Manolo, hijo de su hermano mayor también llamado Manolo. Otra apuesta familiar. Y Paz Padilla a pie de obra. La primera en el trabajo y la última en la fiesta. Y sin agua con misterio. A pelo.

Las reuniones familiares de los sus hermanos son un espectáculo de color, música y diversión. Su mejor aliado en la travesura Luis quien ya tiene que estar organizando algo gordo allá donde esté junto a su madre Lola y su cuñado Antonio. Ellos ganan. El Trompeta ha llegado al cielo donde no había música. Ya ha llegado el hermano de Paz Padilla.

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