La inesperada vulnerabilidad de Miguel Lago con sus hijos agita Antena 3 ante una atónita Griso
El siempre irreverente cómico y humorista, habitual de "Y Ahora Sonsoles", tiene acostumbrados a los espectadores a una faceta que dista mucho de lo que vio la presentadora de "Espejo Público".
Miguel Lago, al borde del llanto en el plató de Espejo Público.
Su rostro es muy conocido entre el gran público por sus habituales apariciones en la parrilla televisiva, en los últimos tiempos de la mano de programas de Atresmedia como Y Ahora Sonsoles. El humorista Miguel Lago tiene acostumbrados a los espectadores a una imagen irreverente, políticamente incorrecta, polemista y, aparentemente, sin miedo a nada ni a nadie. Y sin embargo, ya lo dice el refrán, no es oro todo lo que reluce, como pudo comprobar este martes de primera mano Susanna Griso.
El cómico acudió al plató de Espejo Público a presentar su novela Persiguiendo a Bécquer y terminó destapando su faceta íntima y personal más vulnerable. Al borde del llanto, Lago se dejó ver muy tocado y emocionado desvelando lo importante que es para él la familia y, sobre todo, sus hijos.
Tras confesar a una atónita Griso la difícil mañana que había tenido con su prole antes de la entrevista compartió con la voz entrecortada su preocupación por los desafíos familiares que enfrenta en este momento. Admitió que la paternidad le afecta mucho porque "soy padre por vocación, no para salvar pensiones. Tengo cuatro hijos porque me encanta la paternidad y hoy estoy un poco bajonero porque ha sido una mañana complicada". Uno de los motivos de su malestar fue un incidente con su hija pequeña, cuyo enfado le provocó una reacción que lamentó mucho: "Le pegué una voz, y desde entonces estoy tocado".
Por si fuera poco su hijo Diego, de 13 años, había suspendido un examen, lo que le dejó afectado: "Le mandó un mensaje a su madre superagobiado, y me da rabia porque me afecta mucho lo que les pasa a mis hijos. Si ellos lo pasan mal, lo paso mal yo".
Muy sorprendida por esta faceta desconocida e inesperada del irreverente humorista, la presentadora intentó tranquilizarle sin demasiado éxito: "Los padres hemos venido a sufrir, a pasar miedo y a estar agobiados, y eso es lo que toca. No me gusta que lo pasen mal, y hoy me pillan un poco más sensiblón".