El triunfo de Belén Esteban al ajustar cuentas con Telecinco: retratados

No defrauda. Convence. La de Paracuellos del Jarama otrora la de San Blas, lugares de Madrid, ha vuelto a conquistar al público con su presencia. Y sucedió el pasado jueves en el programa de Pablo Motos, El Hormiguero. Belén Esteban pisaba Antena 3 después de 19 años, de negro, con algo de decoración blanca. Algo tímida o prudente. Así fue la presencia de la excolaboradora estrella de Sálvame en el programa estrella de la cadena de Atresmedia. Y barrió. Y humilló a sus años televisivos anteriores. A Telecinco.

Un 16.9% de share y 1.972.000 espectadores frente a un Jorge Javier Vázquez en Gran Hermano que lo dejó tiritando y ausente en pleno fin de semana de todos Los Santos. Ya sean muertos o difuntos. La Esteban fue a matar y cortó rabo y dos orejas. Puerta grande en La Maestranza. Tenía claro un objetivo y lo consiguió. Volver triunfal al presente y matar al pasado. Clara referencia a la forma fulminante de acabar con ellos de la noche a la mañana. Con razón o sin razón. La suya es lo importante. Quizás no sea consciente. Otra cosa distinta es la manera de ejecutar.

Belén Esteban hizo de gurú generosa con sus compañeros

Belén Esteban gurú generosa con sus compañeros. Los de antes. Y nombró a los importantes. A los de verdad. A los que crearon Sálvame que no fueron otros que los que se lo cargaron con su apoyo a la mentira o cuento chino a Rocío Carrasco. A excepción de Kiko Matamoros. Fue otra liga. Tuvo que mantener silencio. La palomita blanca. Ni una referencia a Gema López quien ya se halla en Antena 3 en el programa Espejo Público. Un claro ejemplo de lo que pretendía Belén. La Esteban quiso traer al limbo mediático de primera línea a los defenestrados.

La ex de Jesuliín de Ubrique tenía una clara intención. Convertirse en la puerta de entrada de sus compañeros en otra cadena nacional. Lejos de las "marginales" como diría Pedro Sánchez en otras cadenas menores. Y arrastrar hasta la extenuación a sus antiguos jefes mediáticos. A los más altos de la cúpula. Y más allá de la productora. Su intención era clara. Su verdad también.

Esteban no engaña. No está impostada. Es sincera en lo que dice y tiene sinceridad en lo que demuestra. Y además transmite. Su vida de luces y sombras y todas son verdad. Y lo importante que este pasado jueves no necesitó telonera para ser una estrella mediática y enigmática que atrapó a su público. El día que visito La Revuelta en TVE junto a María Patiño fue un personaje que convencía como persona. 

Con Pablo Motos era la persona que dejó escapar a su personaje más querido, entrañable y adorable. Belén no necesita a Patiño para brillar y ser noticia. La otra es otra historia. Es un personaje secundario que se tiene que apoyar en la comedia de segunda. Ni gracia ni graciosa. Necesidad. Y tampoco es Gema López. Muchos años después. Ni personaje ni periodista. El tiempo poco a a cada uno en su sitio. El tiempo tiene la potestad de afirmar.