Alfonso Merlos reaparece cuando no se le esperaba... para hablar de un hombre
El periodista llevaba dos semanas desaparecido cuando, repentinamente, volvió a asomarse para hacer un comentario que muy pocos esperaban y tiene mucha miga.
Alfonso Merlos, con permiso de Fernando Simón, ha sido el nombre más repetido de la pandemia. Un virus distinto, pero también inquietante, le ha recorrido el organismo tras ser sorprendido en una infidelidad con Alexia Rivas que suscitó un terremoto en su teórica pareja, Marta López, desde entonces dispuesta a hacer de mayo su particular agosto.
Retirado casi por completo de televisión, Merlos ha capeado el temporal intentando pasar desapercibido, con muy pocas intervenciones públicas salvo en los primeros días. Hasta ahora. Porque ha reaparecido, repentinamente, para hablar y muy bien de un hombre.
Pero que nadie se confunda, que no hay nada raro: el periodista ha resucitado en las redes sociales, al menos, para despedir a Julio Anguita, el mítico dirigente comunista que defendía ideas antagónicas a las que suele difundir el propio Merlos. Pero ello no ha sido óbice para homenajearle:
Vuelve así el analista por sus fueros políticos, después de incrustrarse en la crónica del corazón con un culebrón que, tal vez, no hubiera dado tanto de sí de no pillarle de por medio el confinamiento y las interminables horas de televisión necesitadas de contenido.
¿Volverá pronto?
¿Significa esto que pronto volverá a los platós? ¿Y con qué función? Todo son incógnitas. Lo cierto es que desde hace dos semanas no aparece ni por el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco ni por el Joaquín Prat en Cuatro ni, que se sepa, por El Cascabel de Antonio Jiménez.
Y que en ese tiempo se han sabido dos cosas: la posible interposición de medidas legales contra Mediaset y su posado, con arrumacos a Alexia, en alguna revista del corazón. Y eso ha suscitado una pregunta que, de momento, nadie responde. ¿Le han hecho una oferta para participar en espacio de telerrealidad tipo Gran Hermano o La Isla de los Famosos? La incógnita, hasta ahora, flota en el aire.