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El entorno de Villacís responsabiliza al juez Pedraz y a Fiscalía del asesinato

La investigación del asesinato del hermano de la exdirigente de Cs deja muchas incógnitas. La clave está en las actividades ‘turbias’ de Borja y lo que pudo pasar en la Audiencia Nacional.

La ejecución de Borja Villacís deja aún muchas incógnitas.

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Borja Villacís era un completo desconocido pese a ser su hermana quien era. Begoña, ahora fuera de la política pero ex vicealcaldesa de Madrid, estaba este martes 4 totalmente destrozada. Como todo su entorno.

Borja era un taxista de Madrid, vinculado con los Ultras Sur y a la entidad neonazi Outlaw Madrid. Pero el pequeño de los Villacís estaba relacionado con otros presuntos delitos de tráfico de drogas.

Por este motivo estaba investigado por el juzgado de instrucción 5 de la Audiencia Nacional por dos delitos, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. El juez Santiago Pedraz llevaba esta polémica investigación bautizada por la UCO de la Guardia Civilcomo Operación Águila Frazen.

Y decimos polémica porque la investigación está plagada de presuntas irregularidades, que han denunciado algunos de los imputados. Entre ellos, tal y como afirman a ESdiario fuentes del entorno más próximo a la víctima, Borja Villacís quien había elevado una denuncia a la UCO y al juzgado por “escuchas ilegales”. “Incluso –apuntan las mismas fuentes- disponía de vídeos en los que se veía a agentes de la guardia civil haciéndole seguimientos presuntamente no autorizados y que luego validó el juez Pedraz”.

Algunas de las manifestaciones son más duras e incluso responsabilizan al juez Pedraz y a la Fiscalía de provocar el asesinato del hermano de Begoña Villacís. Según su versión “le habían ofrecido colaborar con la Justicia para atenuar considerablemente su pena e incluso eximirle de responsabilidad y él habría dicho que sí, pero el problema es que alguien desde dentro del juzgado filtró que Borja estaba colaborando”.

Borja Villacís, las sombras de una vida turbia

El móvil de la ejecución de Borja Villacís está por determinar. La Policía, en contra de lo que opinan en el entorno del fallecido, cree que los asesinos se sintieron estafados en un negocio de narcotráfico y que habían sido citados para “negociar”.

Pero desde el entorno insisten en que fue víctima de una emboscada por este clan de Bargas (Toledo), aunque ahora residentes en un barrio de Madrid, precisamente porque se sentían “perjudicados en negocios turbios comunes por ser Borja Villacís un colaborador de la justicia”. Una trampa porque los asesinos iban perfectamente pertrechados para cometer el homicidio premeditado: coche de alquiler, matrículas dobladas, armas de guerra (fusil de asalto), arma corta y escopeta de postas.

La única detenida, madre del supuesto autor material del crimen, no ha colaborado en absoluto y manifiesta que fue secuestrada por los otros dos hombres que permanecen, a esta hora, huidos. La Policía Nacional no da crédito a esta versión y continúan presionando a la implicada. Fuentes policiales afirman que “al clan de Bargas les salen antes los antecedentes que los dientes”.

De momento, sí conocemos en ESdiario que el caso por el que era investigado el hermano de la ex dirigente de Ciudadanos estaba relacionado con una presunta red criminal liderada por Antonio M.M., alias Niño Skin, relacionada con el narcotráfico a gran escala que distribuía cocaína, procedente de Colombia, a diferentes zonas de España: Madrid, Toledo, Salamanca, León, Valladolid, Asturias, Bilbao, Cantabria, Zaragoza y Burgos.

Su sede operativa era La Guardería, en la localidad madrileña de Las Rozas, localidad al oeste de la Comunidad de Madrid, no muy lejos de la zona de El Pardo, lugar donde se produjo el asesinato. Un entramado que vio su fin en agosto de 2021, con la detención de 33 personas.

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