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La extraña primera noche de Isabel Pantoja fuera de la isla de Supervivientes

¿Qué hizo la tonadillera tras escapar de la isla de SV 80 días después? Sus primeras horas en España no parecen normales: esto fue lo que hizo al pisar tierra.

Isabel Pantoja y su clon, Lidia Lozano, ejerciendo de doble de la tonadillera

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Hay quien da la vuelta al mundo en 80 días y hay quien, como Isabel Pantoja, se tira todo ese tiempo confinado en una isla, la de Supervivientes, para hacer algo de caja, relanzar la imagen y convertirse en el máximo gancho de un concurso que bien mirado no tiene nada pero lo tiene todo la para la audiencia, hipnotizada por las vivencias de la tonadillera y otro puñado de famosos en un remoto espacio natural e Honduras.

Eso se acabó, la Pantoja ya está en España, tres meses después, y retomar la vida cotidiana no parece tan sencillo a tenor de todo lo que tuvo que hacer en sus primeras horas en zona civilizada, sin mosquitos ni rivales ni pruebas que ha tenido que ir superando durante ese tiempo para algo tan sencillo como comer.

¿Y qué haría usted tras tirarse tan larga temporada entre palmeras y salitre? Seguramente reurnirse rápido con los suyos, comer como una persona y dormir como un lirón. Pues o es eso lo que hizo la cantante, para sorpresa del respetable, tal y como demuestra una recreación de sus primeras horas en España elaborada por el equipo de Sálvame en Telecinco, con Lydia Lozano encarnando a la artista como se ve en la imagen que ilustra esta información.

Empecemos por el final: ni comió nada potable, que se sepa, ni se fue a su cama al poco de caer el sol y ni siquiera se reunió rápido con los suyos. No no, todo mucho más estrambótico. Para empezar, se tuvo que someter a una larga entrevista en el plató de Jorge Javier Vázquez. Normal. O no, porque aquello fue una hilarante mezcla de imágenes reales suyas con imitaciones de Lozano.

Hasta las tantas

No lo es tanto que la cosa se alargara casi hasta las 2 de la madrugada y que de allí, en vez de tirar para casa, se marchara a una sala en Mediaset para reencontrarse con su hijo Kiko Rivera, su nuera Irene Rosales, su hija Isa Pantoja con su novio Asraf y su sobrina Anabel.

Todavía más raro es que, tras 80 días comiendo raíces y pescados improvisados, se conformara con palmeritas de chocolate y sandwiches de saldo, el menú preparado para su familia mientras la esperaban.

Y ya para rematar la extravagante jornada, tampoco parece muy habitual que de allí marchara a un hotel en el extrarradio madrileño, sin Kiko ni Chabelita, ¡para no echarse a dormir! No no, a la Pantoja le entró la morriña y, a esas horas de Dios, se empecinó en hacer una videollamada a su madre, doña Ana, y a su hermano Agustín. Emocionados todos, el pantojismo echó el cierre ya al alba. Pero se presagia una amanecida ruidosa: hay Pantoja, de nuevo, para rato.

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