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Cuatro mentiras sobre la miopía que nos hicieron creer nuestras abuelas

Ningún tipo de lentillas corrige esta alteración de la vista de forma permanente, ni siquiera las orto-K. Unas lentes que se usan de noche para olvidarte por el día de los problemas de vista

Gafas: colección Lord Wilmore.

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El origen de la miopía proviene en su mayoría de componentes genéticos, de ahí que de padres miopes salgan hijos miopes. Sin embargo, se han dado casos donde esta alteración no forma parte de la historia familiar. Por eso se buscan causas patológicas y medioambientales para explicar lo que ocurre. La diabetes tipo 2 o cierto tipo de cataratas son algunas de las enfermedades confirmadas que causan este trastorno de la vista. En el Día Mundial de la Salud reivindicamos las revisiones médicas periódicas como una rutina importantísima para detectar problemas en mayores y pequeños.

Derrumbar los mitos que se implantaron en la sociedad hace años, desenmascarar esas afirmaciones que oímos a nuestros mayores sobre la miopía es lo que nos proponemos. Para que no pienses que, por ser lo normal, resulta menos peligroso para tu salud y la de los tuyos, te explicamos por qué coser no mermó la vista de tu abuela o no ponerse las gafas para leer tampoco ayudó a que sus ojos trabajaran más si sufría de miopía.

Todas esas recomendaciones que aún hoy muchos seguimos practicando son fruto de la cultura popular y la ciencia se ha encargado de desenmascararlas. Son falsas las siguientes frases:

1. La miopía se produce al forzar los ojos, por tanto al trabajar con el ordenador, leer con mala iluminación o concentrar la vista en una actividad como la costura fomentamos la aparición de este trastorno.

A pesar de que ciencia demostró que la culpa de la mayoría de las miopías la tiene una elongación del globo ocular a lo largo de su eje, hay quien sigue pensando que la causa de su visión deteriorada la tiene el "trabajo de cerca" empleado en horas de estudio, horas de trabajo frente al ordenador o incluso el uso de los teléfonos móviles. Los investigadores no consiguieron resultados convincentes para poder afirmarlo.

2. La miopía retrasa la vista cansada.

Un miope sufre de presbicia, conocido comúnmente como vista cansada, tanto o más que una persona que ve bien a lo largo de su vida. La única diferencia es que el miope ve mejor de cerca al quitarse las gafas.

3. Hay que llevar menos graduación para no forzar la vista.

Fue una creencia tan extendida que incluso algunos médicos llegaron a creérselo. Poner a las gafas o a las lentes de contacto menos dioptrias de las que se necesitan no tiene ningún fundamento. Como tampoco lo tiene aconsejar, en el caso de la miopía, no utilizar estas ayudas con el único fin de que el ojo trabaje porque el problema de los miopes no reside en el músculo que enfoca.

4. Las lentillas frenan la miopía.

La progresión de la miopía seguirá su curso natural aunque con las lentillas logremos corregir las deficiencias visuales en nuestra vida diaria. La última moda para "engañar" al ojo haciéndole pensar que realmente su forma se ha modificado y, por tanto, que recupera su visión normal, se llama ortoqueratología. Consiste en una modalidad de lentillas que trabajan durante la noche y permiten vivir sin gafas ni lentillas durante el día. Deforman la córnea para que, durante unas horas, la graduación se reduzca y el paciente vea incluso mejor que antes. Algunas ópticas ya se las ofertan a sus clientes.

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