Espirulina: un superalimento casi milagroso a tu alcance

Aunque se conoce con el nombre de alga espirulina no tiene nada que ver con el mar. Su color azul verdoso y su forma de espiral recuerdan a la familia de las algaskelp pero en realidad estamos hablando de una bacteria que vive normalmente en ríos o lagos de agua dulce en zonas tropicales como en Texcoco, México, donde sus propiedades alimenticias y nutricionales ya eran conocidas por los antiguos aztecas.

La espirulina contiene una alta cantidad de proteínas y elementos nutritivos como vitaminas A, E, D, B1, B2, B3, B12, calcio, hierro, zinc, ácido fólico y aceites esenciales. Su alto contenido en clorofila le aporta el color verde y la gran mayoría de sus propiedades terapéuticas.

La Organización de Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud recomiendan su uso contra la malnutrición en situaciones de emergencia humanitaria y de escasez de alimentos ya que asegura un 20% más de energía que la soja en cultivos de tamaños similares. Además, al contrario que muchos otros alimentos, la espirulina conserva sus propiedades a temperaturas elevadas por lo que sus condiciones de almacenamiento son menos exigentes.

La espirulina no es un medicamento aunque se utiliza para combatir la obesidad por su acción saciante, la diabetes, la hipoglucemia, las hemorroides, el asma, la hipertensión, el sangrado de encías, la anemia, los trastornos hepáticos y las deficiencias nutricionales.

Se puede comprar en pastillas o en polvo y la dosis recomendada es de 3 a 4 gramos repartidos entre las comidas. Si sufres hipertiroidismo, tendrás que consultar con tu médico antes de tomarla porque contiene una pequeña cantidad de yodo que podría influir sobre la glándula del tiroides.

Su poder antienvejecimiento y antiinflamatorio beneficia nuestro sistema inmunológico y los aminoácidos esenciales que contiene ayudan a nuestro cuerpo a mantenerse fuerte y sano oxigenando la sangre y regenerando las células.

Foto: Algaespirulina.com