La terapia de flotación: una experiencia que te dejará como nuevo
Algunos lo definen como la sensación más parecida a "estar muerto" y otros, más positivos, creen recordar que así de a gusto se estaba en el viente materno. Tienes que probarlo sin falta.
La flotación es una de las técnicas de relajación que más está calando en nuestro país; de hecho, cada vez es mayor el número de balnearios y centros de estética que cuentan en sus instalaciones con tanques y/o piscinas en las que puedes tener la misma sensación que si estuvieras bañándote en las aguas del Mar Muerto.
Los beneficios de flotar sintiendo que estas "a salvo"
El hecho de flotar sin ningún esfuerzo produce un estado de relajación profundo que ayuda a mejorar el sistema inmunológico al liberar endorfinas; elimina la tensión muscular, aliviando los dolores asociados a la artritis, la artrosis y la osteoporosis; disminuye la presión arterial y aumenta la capacidad de concentración,
Los astronautas entrenan cuerpo y mente con este sistema
El origen de esta terapia está en los Estados Unidos. En la década los años cincuenta el neuropsiquiatra John C. Lilly descubrió el potencial relajante de la flotación mientras investigaba sobre la conciencia y su relación con el cerebro. Incluso la NASA ha utilizado este tipo de sistemas para simular la ingravidez del espacio durante el entrenamiento de los astronautas. Desde los años 70, en norteamérica es fácil encontrar flotarios abiertos al público.
¿Qué lleva el agua para que flotes como en el Mar Muerto?
Para que el cuerpo flote "como un corcho" el agua tiene que estar densa por la disolución en ella de más de 300 kilos de sulfato de magnesio y a la temperatura del cuerpo. La iluminación y la música son opcionales pero sin duda, un espacio agradable para el resto de sentidos sumará puntos alcanzar el máximo bienestar en un corto periodo de tiempo.
Las personas que sufren de claustrofobia disfrutarán más de las piscinas de flotación. Son lugares menos personales que las cabinas pero abiertos para que no se produzca sensación de agobio. Aunque no tiene contraindicaciones, no es recomendable que utilicen este servicio personas epilépticas sin consultarlo previamente con un médico, ni aquellas que tengas alguna infección vírica, baja presión arterial o grandes heridas.