Atención a los efectos secundarios de la "nariz de carbón" y otras setas milagro
Se comercializan porque su uso está permitido como un elemento más de la medicina natural pero no hay que abusar de estos remedios caseros que pueden intervenir en tratamientos médicos.
El hongo chaga, también conocido como nariz de carbón por su apariencia de material quemado, se utilizó durante años como remedio de la medicina popular en países del norte de Europa y en Rusia. Su uso se extendió por el mundo de la misma manera que lo hizo el hongo reishi desde Japón. Sus propiedades anticáncer, antiinflamatorias y antivirales, según los estudios del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, lo convirtieron en un imprescindible del bienestar casero.
Se consume habitualmente en forma de té por su sabor amargo con notas leves de madera y vainilla. Su aspecto una vez preparado es similar a la de un café con leche pero con la particularidad de que no contiene cafeína. Rusia y los países bálticos son sus principales productores. En España se puede adquirir en herbolarios y sitios relacionados con la medicina natural pero te recomendamos que antes de tomarlo consultes con un médico especialista.
El uso de este tipo de sustancias naturales para aliviar el dolor o prevenir enfermedades está reconocido por las instituciones médicas. De ahí que se permita su comercialización al público, pero el abuso de las mismas puede tener consecuencias no deseadas en los pacientes que las consuman.
Efectos secundarios para pacientes con diabetes
En el caso de las setas chaga, menos estudiadas que el reishi, estas contraindicaciones tienen un papel destacado por la presencia de una serie de componentes activos como los triterpenos, que aumentan el riesgo de hemorragias al hacer reacción con los medicamentos anticoagulantes. También interactúan con medicinas destinadas a controlar la diabetes como la insulina, aumentando el riesgo de hipoglucemia.
Los efectos positivos, como su capacidad inmunomoduladora gracias a los beta-glucanos que identifican como "no propias" las células cancerosas, lo postulan como agente quimioterapéutico. Además, al nacer como un parásito en los abedules blancos recibe la betulina, un compuesto natural indigerible por los humanos hasta ahora. El hongo Chaga consigue el milagro.