¿Sabías que abrazar mejora tu salud? Te contamos cómo
No es solo una cuestión de contacto físico. Esta expresión de cariño tiene efectos físicos y psicológicos que nunca hubieras imaginado
Los abrazos son una de las demostraciones de afecto más naturales y espontáneas que conocemos. Cuando somos niños los damos y los recibimos con frecuencia, pero al llegar a la edad adulta, solemos dosificarlos en exceso
Hay quien dice que necesitamos al menos cuatro abrazos al día para sobrevivir. ¿Quién sabe? Lo que está claro es que los abrazos nos transmiten buenas sensaciones tanto físicas como emocionales y ese es un buen punto de partida para plantearnos hacerlo con más frecuencia, ¿no crees?
Pero hay más, mucho más: numerosos estudios médicos señalan que dar y recibir abrazos aporta ventajas a nuestra salud que no debemos pasar por alto. Te explicamos algunas de ellas:
1. Los abrazos nos hacen sentir bien porque cuando los damos nuestro cuerpo libera oxitocina, también conocida como la hormona del amor, que contribuye a mejorar el estado de ánimo, ayuda a dormir mejor y estimula a las neuronas para que se transmitan información entre ellas
2. Alivian las preocupaciones y ofrecen calma y tranquilidad. Reducen la producción de cortisol, que es una hormona que liberamos como respuesta al estrés, y aumentan la de serotonina y dopamina, dos sustancias que actúan como antidrepesivos. Cuanto más largos sean los abrazos, mejor.
3. Mejoran el sistema inmune porque la oxitocina también influye de manera positiva en el sistema cardiovascular.
4. Elevan nuestra autoestima, especialmente cuando somos niños porque nos sentimos queridos e importantes y eso nos transmite seguridad.
5. Reducen la presión arterial por la activación de unos mecanorreceptores que tenemos en la piel llamados Corpúsculos de Pacini.
6. Rejuvenecen y reducen el riesgo de sufrir demencia gracias a la cantidad extra de oxígeno que llega a nuestras células, al tiempo que equilibran nuestro sistema nervioso
7. Relajan los músculos al estimular la circulación en los tejidos blandos. Se libera la tensión y todo parece mejorar.
Si quieres aprender a dar un buen abrazo, no te pierdas este vídeo que te dejamos sobre los "abrazos de verdad":