¡Atención, peligro!: aditivos alimentarios que pueden estar dañando tu salud
Algunos colorantes y conservantes alimentarios empleados para dar sabor y vistosidad a las comidas son perjudiciales para nuestra salud. Te decimos cuáles son y dónde están
Los colorantes y conservantes no son malos en sí mismos, los hay de origen animal o vegetal que son totalmente inofensivos, pero es verdad que hay otros que pueden afectar a nuestra salud y deben consumirse con moderación o, incluso, eliminarse de la dieta.
Un colorante muy habitual es el E102 o Yellow5 (tartacina). De origen químico, está presente en caramelos, refrescos, helados, repostería, chicles, gelatinas, bebidas alcohólicas, energéticas e isotónicas, en salsas industriales, cereales de desayuno, palomitas de maíz o quesos. Sube los niveles de histamina, lo que provoca alergias respiratorias o dermatológicas. En niños se asocia al trastorno por déficit de atención.
El pigmento E126, derivado del petróleo y utilizado para caramelos y en pastelería, se relaciona con hiperactividad en niños, es un liberador de histamina y puede provocar agudización de asma, urticaria o insomnio, además de relacionarse con la aparición de tumores.
En cuanto a los colorantes E130 y E131 (azul de anatraquinona y azul patente V), la industria lo utiliza en productos de pastelería. El primero deriva directamente de un hidrocarburo, provoca urticaria y es un carcinógeno que está prohibido en Europa. El segundo está permitido pese a ser una sustancia tóxica por derivar de compuestos azoicos y no debería consumirse con regularidad.
El E171 (óxido de titanio) se utiliza para elaborar pasteles, chicles, quesos, yogures, salsas o surimi que requieran el color blanco. Proviene de la roca mineral ilmenita y consumido de forma regular puede afectar al buen funcionamiento del hígado y los riñones.
Por su parte, el pigmento E180 (rojo 57) deriva del petróleo y se utiliza para fabricar quesos. Se relaciona con hiperactividad en niños, asma, alergias dermatológicas y aparición de tumores.
Los conservantes E210, E211, E212 y E213 se obtienen a partir del benceno y resultan muy tóxicos para el organismo. Se utilizan para evitar hongos en latas de marisco, caviar, cerveza sin alcohol, licores, refrescos, mermeladas y margarinas. Pueden provocar asma, urticaria y alergias y, si se acumula en el cuerpo, cáncer de hígado o enfermedades neurodegenerativas.
El E218 (metil hidroxibenzoato), también derivado del benceno, provoca reacciones alérgicas de tipo respiratorio, dermatológico y neurológico, se relaciona con la aparición de tumores y se considera letal si se incluye en la comida para gatos y perros.
El E230 (bifenilo) es un conservante sintético muy tóxico que se utiliza como pesticida para prevenir la aparición de hongos en frutas. No se disuelve con agua, por lo que no desaparece con lavar la fruta y a veces penetra hasta la pulpa, por lo que no se elimina al pelarla. Provoca vómito, irritación de ojos y alergias, además de afectar a riñones e hígado.
En cuanto al E238 (formiato de calcio) se obtiene del veneno que inyectan las hormigas rojas y las abejas y se utiliza para prevenir la aparición de bacterias en lácteos, pan y bollería industrial. Puede provocar irritaciones y afecta a los riñones.
El conservante E285 (tetraborato de sodio) lo contienen conservas de caviar, marisco, huevas de pescado, fideos orientales o arroces al vapor industriales. Se relaciona con el cáncer de hígado.
El antioxidante E320 (BHA) se utiliza en purés de patata, mantequilla, grasas y aceites. Aumenta el colesterol y provoca alergias. Es un carcinógeno potencial porque se acumula en el cuerpo y se relaciona con tumores de hígado.
El potenciador de sabor E621 (glutamato monosódico) se encuentra en sopas de sobre, pastillas de caldo, fritos, salsas, patés, pizzas, embutidos, precocinados, fideos orientales o arroz industrial. Aumenta el riesgo de obesidad porque incrementa la sensación de hambre y se relaciona con la muerte de neuronas y la aparición de pensamientos suicidas. Esta desaconsejado para los enfermos neurológicos. También incrementa los ataques de asma y las alergias.
Por último, el espesante E407 (carragenano) consigue una textura de gel para espesar embutidos, postres de cuchara, productos cárnicos, salsas, yogures o helados. Podría provocar úlceras intestinales, alergias y debilitamiento del sistema inmunitario, así como favorece la formación de tumores. No se aconseja su consumo a embarazadas, niños, ni enfermos.