Como combatir el síndrome de ojos secos
El ritmo de vida sedentario pegados a una pantalla tiene distintas consecuencias poco beneficiosas para nuestra salud, y uno de los órganos más afectado son los ojos debido el estrés.
Aunque no se le preste mucha atención, el síndrome de ojos secos es uno de los más comunes entre la población, ya que afecta a casi un 20% de la misma y este porcentaje sube a cerca del 100% en edades avanzadas. Esto a primera vista no parece demasiado importante, pero es un riesgo para nuestra salud ocular, además de una importante molestia para aquellos pacientes que hacen uso de, por ejemplo, lentillas.
Pero, ¿qué es exactamente el ojo seco? Este síndrome es una alteración de la superficie de la córnea y la conjuntiva que se debe a la incapacidad de nuestros ojos para producir lágrimas, o también si éstas no son de la calidad necesaria. Como consecuencia, la superficie de nuestros ojos no se encuentra lo suficientemente lubricada, lo cual puede crearnos un sinfín de problemas, y en casos extremos, lesiones oculares.
Existen numerosos consejos de oftalmólogos acerca de conductas y prácticas que podemos llevar a cabo para mitigar este problema. En principio, además de un uso racional de toda la tecnología en pantalla que inunda nuestra vida hoy en día, deberíamos de evitar en lo posible las corrientes de aire directas a los ojos, como aires acondicionados, ventiladores, etc., ya que favorecen la evaporación de la lágrima. También podemos evitar los ambientes excesivamente secos o con alta polución ambiental. Por último, es importante acordarse de forzar el parpadeo varias veces al día para hidratar el ojo y usar toallitas para limpiar nuestras glándulas lagrimales.
No obstante, existen remedios médicos baratos y cómodos, entre los que el más recomendable es sin duda el uso de gotas oculares, conocidas como lágrimas artificiales, las cuales nos ayudan a mantener el ojo correctamente hidratado. Estas gotas son especialmente útiles para aquellos que usan lentes de contacto, que puedes comprar aquí junto a las lágrimas artificiales.
No es que se trate de un problema de extrema gravedad, pero sí que es sumamente molesto y esto lo puede confirmar cualquiera que lo sufra. Sin la necesaria película lagrimal para proteger nuestro ojo, éste no está hidratado, causando escozor y molestias, siendo además imposible que se limpie el globo ocular y que se eliminen así las partículas que se hayan podido meter en él. Aplicando las lágrimas artificiales entre 2 y 4 veces al día, los pacientes experimentan un gran alivio. Pueden encontrarse tanto en dosis individuales como en botes de unos 7,5 ml (con una duración más que razonable) en cualquier óptica, donde vayas habitualmente a comprar lentillas o gafas.
Al igual que con otras patologías oculares, para prevenir los ojos secos podemos alterar de alguna manera nuestras costumbres habituales - aunque sea mínimamente-, de manera que ayudemos a preservar la visión. Por ejemplo, debemos siempre adecuar la iluminación a nuestra visión, de manera que reduzcamos la fatiga de nuestros ojos. Al leer, deberemos tener la luz siempre a nuestra espalda, apuntando a las páginas del libro, y en el caso de que estemos usando alguna pantalla, evitar en lo posible los reflejos en la misma.
También podemos limitar el llamado estrés ocular, que se produce normalmente cuando pasamos un tiempo considerable con la visión fija en un punto como es una pantalla con sencillas medidas. Lo mejor es que cada quince o veinte minutos apartemos la vista conscientemente del objeto enfocado, manteniéndola en otro punto durante unos 10 segundos. De este modo las estructuras oculares se relajarán y forzaremos menos la vista.