Cómo tranquilizar a un bebé que no para de llorar
Muchos padres primerizos se agobian cuando sus criaturas tienen un ataque de lloro, una circunstancia de lo más normal en los primeros meses de vida.
Decidir ser madre es una de las cosas más difíciles y a la vez más satisfactorias de la vida. Por ello mismo, tiene momentos muy buenos y otros que, por el contrario, y aunque a veces cueste reconocer, son más agotadores y estresantes, lo que no quiere decir que sean malos. No es fácil cuidar de un niño y menos al principio cuando no sabes manejarte con la nueva situación. Por ello, para enfrentarse con más valentía a este periodo de adaptación y a una nueva vida, se necesitan pequeños trucos y consejos que nos ayuden en las situaciones más habituales.
¿Por qué lloran los bebés?
Existen muchos motivos por los que un niño puede estar llorando y en el mismo momento cuesta reconocer cuál es la causa real de ello. Un estudio de la Universidad de Murcia y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) publicado en la revista The Spanish Journal of Psychology afirma que, si un niño llora con los ojos abiertos lo hace por enfado o miedo. Por el contrario, si lo hace con los ojos cerrados es por dolor. Estas razones, acompañadas del hambre, suelen ser las más habituales. Además, es importante destacar que en el caso del enfado es muy posible que el llanto se vaya incrementando según pasen los minutos, pero en el caso del dolor o miedo, la máxima intensidad se nota desde el principio.
¿Qué hacer cuando el bebé llora?
Sea cual sea el caso del llanto y cuando no haya tiempo de ver su carita para ver cuál es el verdadero motivo de ello (análisis que también puede tener un evidente margen de error) habrá que intentar calmar al bebé, ya que en ningún momento debe ser ignorado. Muchas personas optan por balancear o columpiar al pequeño a una velocidad muy baja y la verdad es que parece un truco muy antiguo y típico, pero sin duda es uno de los más funcionales. Para ello, se puede coger al bebé en brazos, pero se corre el riesgo de lesionarse la espalda antes de que éste se calme o de que al intentar dejarlo de nuevo en la cuna, éste se despierte y con ello vuelva al llanto.
Mucho más cómodo es utilizar hamacas de bebés, que aseguran un descanso de máxima calidad y comodidad. Se trata de un asiento perfecto para el bebé y la mejor alternativa para cuando no se puede utilizar la cuna. El precio de estos artículos es totalmente asequible para lo útil que es en estas y muchas otras ocasiones. Su respaldo suele ser regulable, incluyendo varias posiciones, aunque lo ideal es que cuente con cuatro. Asimismo, se recomienda que tenga protector de nuca, barra de juguetes, dos posiciones (quieta y balancín), así como arnés de seguridad. Otra de las grandes ventajas de estos productos es que se pueden llevar cómodamente en el maletero y, por tanto, se pueden utilizar como sustitución de la cuna en caso de necesidad.