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Cómo alimentar a un niño con obesidad

Olvídate de someter a tu hijo a una dieta estricta, lo fundamental es que aprenda a comer variado y sin excesos

Cómo alimentar a un niño con obesidad

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El sobrepeso infantil es una de las grandes preocupaciones de los padres de hoy en día. Para prevenir la obesidad en esta primera etapa no hay fórmulas mágicas, es fundamental incidir en que la alimentación es un hábito y los pequeños comerán bien o mal en función de a lo que les acostumbremos.

De esta forma, a continuación te daremos algunos consejos que, lejos de responder a dietas estrictas, se centran en tener un poco de cuidado a la hora de elegir los alimentos y la forma de cocinarlos, así como en inculcar a los niños hábitos alimentarios sanos.

Por ejemplo, es fundamental que coman todo tipo de productos. Debemos priorizar la variedad frente a la cantidad para tener una base equilibrada. Entre toda la oferta del supermercado es importante decantarse por hortalizas, verduras y frutas, que deben ingerir a diario (puedes empezar por dosis pequeñas e ir aumentándolas de manera progresiva) y evita los productos con exceso de grasa o azúcar (no tengas en casa productos que le tengas que prohibir comer).

Su dieta debe incluir pasta, arroz, cereales, legumbres sin grasa y frutos secos. También tienen que comer pan, les aportará energía libre de grasa, que ayuda a que se sienta saciado sin añadir demasiadas calorías a su dieta.

La manera de cocinar los alimentos también es básica. Prefiere el vapor, la plancha o el horno y evita las frituras y las salsas, así como las gominolas y los refrescos. Prioriza el aceite de oliva tanto para cocinar como para aliñar las ensaladas.

Para conseguir que el niño no tenga hambre fuera de hora, es importante que realice un desayuno completo y tome cinco comidas al día. Si aún así tiene hambre, dale una fruta en lugar de bollería.

Por último, no te pases con los lácteos. Trata de que el postre de la comida sea una fruta y deja el yogur para la merienda y la media mañana. Añade una ración de queso y un vaso de leche semidesnatada en el desayuno y, con esto, habrás completado su necesidad diaria de este componente.