Ataja el dolor de cabeza de una manera sencilla
Si sufres este problema a menudo, quizás debas modificar algunos hábitos. Te explicamos cómo hacerlo
Si estás harta de sufrir dolor de cabeza sin motivo, te contamos unos trucos muy fáciles que te ayudarán a evitarlos. Sólo tienes que cambiar tus hábitos y verás cómo empiezan a desaparecer sin que apenas te des cuenta.
Trata de dormir entre 7 y 8 horas al día, mantener horarios fijos y rutinas, no dormir poco pero tampoco mucho. Es decir, si vas a levantarte más tarde porque por ejemplo tienes un mes de vacaciones, es mejor que lo vayas haciendo de manera progresiva, retrasando el despertador quince minutos cada día. Si sólo vas a descansar unos días es mejor que mantengas tus horarios de manera aproximada.
Vigila la temperatura de tu habitación para que sea agradable, que no entre luz y que no haya ruidos. Si no puedes evitarlo, usa antifaz y tapones. No te olvides de elegir la almohada adecuada y un buen colchón.
Esfuérzate por evitar el estrés con la práctica de deporte, yoga o meditación y evitando el café, el té y las bebidas excitantes y limitando alimentos como el chocolate. Precisamente la práctica habitual de deporte de manera moderada reduce la tensión y ayuda a limitar la presencia de dolores de cabeza, si bien es aconsejable evitar los sobreesfuerzos si no estamos acostumbrados a ejercitarnos.
Por último, es muy importante que nos fijemos en lo que comemos y bebemos si queremos evitar dolores de cabeza. Lo fundamental es mantenernos hidratados, si no bebemos el agua que necesita nuestro cuerpo nuestra cabeza se resentirá. En cuanto a los alimentos, es básico mantener unos horarios regulares e ingerir algo cada tres o cuatro horas. También hay que tener en cuenta que, si bien no le ocurre a todo el mundo, hay a personas que determinados grupos de alimentos les desencadenan dolor de cabeza. En concreto estos son:
Histamina. Vino tinto, cava, lácteos, marisco, pescado, queso, berenjena.
Tiramina. Nueces, hígado de pollo, chocolate, arenque, yogur, soja.
Compuestos fenólicos. Café, té, chocolate.
Aditivos. Refrescos, salsas, embutidos, sopas instantáneas, helados.
Glutamato. Patatas fritas, salchichas, salsas, caldo concentrado.