Las marcas de cosmética ecológica que debes controlar para ser toda una experta
Más respetuosas con el medio ambiente e igual de eficaces
La fiebre por lo "bio" ha llegado al mundo de la belleza. La cosmética orgánica y ecológica está de moda y son muchos los laboratorios que han encontrado en los ingredientes naturales y las fórmulas tradicionales el secreto del éxito.
Los cócteles químicos resultan perjudiciales a largo plazo. Por eso, estas alternativas que os proponemos cuentan con credenciales de sobra para considerarlas las mejores en su campo.
1. Weleda
Fue una de las pioneras en el modelo de negocio sostenible en comunión con la naturaleza y el desarrollo social. Su fundación se remonta a 1921 cuando Rudolf Steiner y la doctora Ita Wegman crearon un laboratorio farmacéutico basado en la medicina antroposófica.
Con el tiempo, el compromiso social ha ido creciendo en armonía con el ser humano y, a día de hoy, siguen elaborando cosméticos 100% naturales de forma ética y responsable.
La medicina antroposófica se considera una ampliación de la medicina tradicional donde se integran el bienestar y la dimensión espiritual del paciente. Estos productos estimulan las fuerzas autocurativas del propio organismo ayudándolo a recobrar el equilibrio por sí mismo.
Sin aditivos sintéticos, su cosmética está certificada por los sellos BDIH y NATRUE, dos de los más estrictos y complejos del mercado.
2. Nuxe Bio
Si sois asiduas a los productos Nuxe os encantará la nueva línea que ha sacado su fundadora Aliza Jabés. Se trata de una nueva generación de tratamientos para aportar a la mujer un cuidado respetuoso con la piel y con el medioambiente. Contiene una alta concentración de aceites vegetales activos y texturas
Sus envases están fabricados con materiales reciclados y se imprimen con tintes con base vegetal. La estrellas de la gama es la mascarilla detox vitaminada formada a base de agua celular de naranja y aceite de sésamo para limpiar en profundidad las células.
3. Cattier
Su origen se debe a un ingrediente natural: la arcilla. En 1968, Pierre Cartier descubrió su riqueza y se fijó como objetivo que todo el mundo conociera sus beneficios. Así nació esta marca imprescindible a la hora de hablar de productos naturales para higiene y cuidados.
Su sello BIO garantiza que cumple con todos los requisitos para recibir este codiciado apellido. Su fórmula está creada a partir de ingredientes obtenidos por la agricultura ecológica, no emplea animales en el testeo, utiliza envases y embalajes reciclados, no usa ingredientes derivados de la industria petroquímica ni tampoco perfumes sintéticos.
4. Pai Skincare
Se venden como expertos en pieles sensibles porque lo son. En el año 2007, su propulsora Sarah Brown se cansó de que la mayoría de las cremas le causaran problemas y decidió embarcarse en este proyecto que tiene en cuenta las propiedades calmantes de todos sus ingredientes.
Los cosméticos están libres de químicos irritantes y, por supuesto, de alcohol. Ni fragancias ni reacciones insospechadas. Todos los productos Pai incluyen su auténtica fórmula en los envases. No están testados en animales y son 100% british. Además, si el producto no le sienta bien a tu piel, sus distribuidores te ofrecen 30 días para poder devolverlo.
5. Melvita
Se convirtió en una de las primeras marcas francesas de cosmética bio certificada. Con más de 30 años de experiencia, es pionera en fabricar productos a partir de 600 ingredientes naturales procedentes de la agricultura sostenible.
El biólogo y apicultor Bernard Chevilliat creó la firma bajo la filosofía de vivir "en comunión con la naturaleza". La firma, que integra la miel como uno de sus ingredientes principales, se compromete a proteger a las abejas y el entorno. Sus proveedores nacen del comercio justo y los envases se realizan con el mínimo impacto medioambiental posible.
Su gama incluye aceites esenciales y extractos de flores para el pelo, la cara y el cuerpo.
6. Ecolactis
Por muy increíble que parezca, sus fórmulas utilizan la leche de yegua ecológica y los mejores ingredientes naturales para combatir problemas en la piel como la psoriasis, la dermatitis el acné, las alergias, la inflamación y el temido envejecimiento precoz. Los usos de la leche de yegua se fueron perdiendo con el paso del tiempo pero, en la antigüedad, el pueblo Mongol la consumía como un remedio natural contra numerosas enfermedades.
La leche de yegua aplicada directamente sobre la piel revitaliza y estimula su regeneración gracias a los ácidos grasos, los aminoácidos esenciales, la vitamina A y el Retinol y purifica a través de las lisozimas y las lactorepoxidasas.
Entre la cosmética de esta marca, que nació en el 2009, encontrarás hidratantes y sérums revitalizantes y antifatiga.
Obtienen su materia prima de la yeguada de la familia asegurando su bienestar: "Nuestros animales llevan una vida natural y no están sometidos a ningún tipo de estrés, lo que unido a una alimentación cuidada nos da la mejor leche", nos cuentan desde la empresa.